Para lo catalanes es día de reflexión porque mañana deben decidir quién quieren que les gobierne, pero como yo no voy a votar a pesar de que mi bisabuelo, Tomás Mariá i Mauri, era de Puigcerdó, prefiero reflexionar sobre otras cosas.
¿Y que mejor cosa, en estos días, que la Navidad?.
La Navidad que tradicionalmente se felicitaba a la salida de la Misa del Gallo con un "Felices Pascuas" o por teléfono a los amigos y familiares lejanos, pasó a ser "Feliz Navidad" en unas tarjetas con motivos religiosos que se enviaban por correo, conocidas con el nombre de "Crismas". Palabra que no aparece en el diccionario de la RAE, aunque si aparece en singular como "Mezcla de aceite y bálsamo usado por la Iglesia para consagrar o (coloquialmente) cabeza" Está copiada del inglés "Christmas card" o "Tarjeta de Navidad". Estas también han evolucionado y han pasado de los motivos religiosos a los más profanos de árboles de Navidad, decoraciones con luces de colores, ramos de muérdago colgados del techo, para besarse bajo ello, paisajes nevados o botellas de cava con sus correspondientes copas. Las hay hasta con ese amable gordito de barba blanca vestido de rojo, que viene en su trineo desde Laponia.
Y para colmo, ya hemos llegado a la costumbre de decir "Felices Fiestas". ¿Será por la celebración del Nacimiento de Cristo o por la celebración de las comidas de empresas?. Y como colofón al olvido de nuetras tradiciones, la Misa del Gallo, se ha sustituido por la cena en familia con jamón, mariscos, bebidas, turrones y mazapanes, para terminar con las cubatas de los que sea. Al día siguiente, Día de Navidad, a descansar de la resaca, hasta la fiesta de Fin de Año con sus molestos y peligrosos petardos.
Todo muy progresista.
La Junta de Andalucía ha reflexionado y ha aplazado el descabellado plan de evadir la sentencia del Tribunal Constitucional sobre las 35 horas de trabajo de los funcionarios, que habían acordado con lo sindicatos. Me parece muy bien que se cumplan las sentencias y no se salten las leyes.
El deseo expresado ayer sobre la multa a las Monjas de Santa Inés, se ha hecho realidad. Las Hermandades que procesionan en Sevilla el Martes Santo, han acordado pagar la multa de 1,710€ a escote. Se merecen un buen trago del aguardiente que lleva ese nombre.
Y para terminar:
Deseo a todos mis amigos y a los que no se consideren como tales, una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.