A Víctor Láines le ha costado la vida el llevar unos tirantes con los colores de la bandera de España. Y digo "con los colores" porque los que acaban de ver, que son míos, no son exactamente "la bandera de España", aunque lo parece. El amarillo, o gualda, de la bandera es el doble de ancho que el rojo. Fíjense en la foto y verán que los colores son todos igual de ancho.
Los compré hace más de cuarenta años, en una tienda especializada en artículos deportivos con los colores de clubes de cricket. No tengo idea de como se llama el club. Acompañe un día al, entonces Embajador de España en Londres, Don Manuel (mis lectores ya saben a quién me refiero), a la tienda, en la Burlington Arcade. la más antigua galería comercial de Londres, que sale de Piccadilly paralela a Old Bond Street , en la que están tiendas tan prestigiosas como la de Clásicos Rolex, la Pastelería Ladurée y un montón de joyerías caras. Tenían toda clase de artículos con los colores de los más conocidos clubes, desde calcetines a gorras, pasando por sudaderas, paraguas, camisetas, polos, chalecos, cinturones y los mencionados tirantes. Nos decidimos por los paraguas, el mío posiblemente ya lo conozcan (anoche lo usé) y los tirantes. Volví otras veces, estaba muy cerca del Covent Garden donde yo trabajaba, a comprar sudaderas para la frente y las muñecas, cuando Patricia y yo jugábamos el squach y otra vez a comprar más paraguas para Don Manuel, porque el suyo le había gustado a sus amigos y lo había subastado en un mitin de Alianza Popular, sacando un buen dinero para el incipiente partido. Después supe que había subastado algunos más.
Usé los tirantes con bastante frecuencia. Me caían muy bien con el smoking que era obligatorio en muchas cenas, y no he vuelto a usarlos desde que volví a España. No por miedo a que me maten, sino sencillamente porque ya los pantalones no llevan los necesarios botones y el smoking no ha saldo del armario porque no he tenido que asistir, como El Coleta, a la entrega de los Premios Goya.
Es inconcebible que en un país democrático se queme, se pisotee o se ultraje de cualquier manera la bandera signo de la Patria de todos. El asesino, L.R.I. como dicen algunos periódicos, (¿será por respeto a la identidad?), no necesita el adjetivo de "presunto", sino otros muchos más adecuados a su crimen. Que la Justicia le de su merecido y se pudra en la cárcel. Otra muestra más como prueba del auge de las "dos Españas", separadas y enfrentadas.
¿Le darán a Don Víctor Láines la categoría de víctima del terrorismo.? Se merece el "Don" y el "Caído Por Dios y Por la Patria".