Setenta y cinco años de "la liberación del pueblo de las hordas marxistas", Eso decía un azulejo en la Plaza Principal del pueblo, que después de la Transición y antes de la Memoria Histórica, desapareció y nunca más se supo. Hay otra versión de los hechos, por supuesto de la izquierda revanchista: "La derrota de las tropas republicanas por el ejército golpista", Que cada uno se quede con la versión que más le guste, pero la verdad es que los que tenían tomado el pueblo y reprimido a sus habitantes, no era el ejercito republicano, sino los milicianos marxistas-comunistas, que venidos de las minas de Rió Tinto, hacía cinco días que habían asaltado el Cuartel de la Guardia Civil y asesinado a un Capitán, un cabo y cuatro Guardias. Lo cierto es que la Guerra Civil en Higuera duró un mes, mal contado, y durante casi setenta años, hemos vivido en paz y armonía, hasta que en los últimos años algunos malos perdedores, has empezado a remover viejas heridas, y malos rencores, así como a dividir al personal en "ellos y nosotros".
Coincide esta fecha con la celebración cristiana de la Asunción de Nuestra Señora, que es fiesta en España y algunos países, y que en Sevilla se conoce como el día de la Virgen de los Reyes. En Higuera se celebró durante muchos años, con una solemne Misa escoltada por los Flechas, que conmemoraba la fiesta religiosa y la liberación del pueblo. Después fue decayendo la fe y el agradecimiento y pasó a ser un día de fiesta cualquiera.
Este año coincide con el día de la Sangría de San Antonio y, a estas horas medio pueblo estará durmiendo y el otro medio preparando la sangría para esta tarde. Perece que se está notando la crisis en las fiestas que empezaron el viernes. Pero no creo que la crisis afecte a la Sangría, ya que esta ha sido siempre como un gran botellón, solo que en vez de botellas se usan tinajas y lebrillos llenos de la deliciosa mezcla del vino con el melocotón. Espero que sea una ocasión para olvidar algo la crisis, divertirnos con alegría y disfrutar de esos momentos, que todos necesitamos, para olvidar todo aquello que nos divida. Que tampoco es tanto. Es mucho más lo que nos une. Por ejemplo: la Sangría.