Estoy cada vez más convencido de que si lo somos. Es curioso que en la serie que me sirve de siesta, "Amar es para siempre", hace unos días que se viene hablando del "Spain is different" con la duda de si era original del Ministro Fraga o anterior y venía de lo años 40. No se si los guionistas tratan de dejar a Fraga y su actuación como Ministro de Información y Turismo como buena o mala. Pero lo cierto es que el slogan, sea de Fraga o anterior, no dice más que la pura verdad.
Me había prometido a mi mismo no escribir sobre el ébola, pero se están diciendo tantas cosas, tantas opiniones, tantos debates, tantas barbaridades y tanta gente que se cree que ellos saben la verdad, que me han tirado de la lengua, mejor dicho de la memoria y del teclado.
Viví en el Reino Unido la época de la epidemia de las vacas locas. Se detectó en 1986 y hasta diez años más tarde no se declaró que se podía contagiar a los humanos. Hasta el 2010 se diagnosticaron 220 casos, de lo cuales 3 fueron producidos por transfusiones de sangre contaminada. Solo en Gran Bretaña se sacrificaron más de dos millones de reses. Aquí se ha montado un mediático circo por el sacrificio de un perro. Cuando volví a España en 1996, ni mi mujer, habitual donante de sangre en el hospital donde trabajaba, ni yo pudimos donar sangre aquí porque habíamos habitado en el Reino Unido.
Allí se informaba al público, se anunciaban los riesgos, se llegó a prohibir el consumo de carne bovina, pero nunca se montó el tinglado que se ha montado aquí, echando la culpa a los políticos, al protocolo a seguir, a los médicos,a las vacunas o a la propia víctima que se está debatiendo entre la vida y la muerte. Y todo, para más inri, con la descalificación, el insulto, la mentira, la falta de conocimientos y la petición de dimisiones.
Otra cuestión actual es la de las tarjetas B de Caja Madrid. Hoy se publica que Rodrigo Rato, se había gastado 3,000 € en bebidas alcohólicas y 2,000 € en una tienda de arte sacro. Pero no dice si esas cantidades están incluidas en los miles de euros que devolvió el mismo día que saltó la noticia. ¿Qué pasa con los que se gastaron casi medio millón de euros?.
En 1967 comencé a trabajar en una empresa británica filial de una española exportadora de frutas. Las tarjetas usadas en aquella época eran Dinners Club y American Express. Cuando llegaba el estadillo del Dinners, que solo la tenía el Director Gerente, me llamaba a su despacho y repasábamos los gastos uno a uno separando los personales, que iban a su cuenta y los correspondientes a la compañía que los pagaba la misma. Con tanta meticulosidad que si alguna vez no recordaba con quién habla comido ese día, le preguntaba a la secretaria que le llevaba la agenda, para estar seguro si era una comida de empresa o suya particular. Y no era dinero público, sino privado, paro el Income Tax británico escrutaba cada penique que tenía que pagar impuestos. Al cabo de casi cincuenta años, seguimos "diferentes".
Algo bueno debería salir de ambos casos, el control de la salud y del dinero. Y algo más, que cada uno se dedique a lo suyo y no pretendamos ser jueces en todo lo demás. Más o menos, lo que dijo Jesucristo del que tire la primera piedra.