Anoche, después de las campanadas del reloj de la Puerta del Sol, el edificio de Correos se iluminó de azul con la bandera europea, para dar la bienvenida a la Presidencia española.Lo que no está muy claro es si la cantidad de gente que llenaba la plaza estaba allí para despedir el año (por fin quedó atrás), para recibir al nuevo (esperemos que sea mejor) o para celebrar la subida al trono europeo del emperador Zapatero. Que debe saber que no es un cargo vitalicio, sino un esfímero mandato de seis meses. Pero parece que Zapatero, como lo de la crisis, tampoco lo sabe y cree que en seis meses tendrá tiempo de salvar a Europa y de camino, salvar a España. Tampoco sabe que en democracia el presidente, preside, pero no manda. Quien manda es el pueblo a través de los políticos elegidos por el pueblo. Pero Zapatero cree que podrá imponer sus ideas, sus proyectos, sus alianzas y sus sueños para que sus éxitos le servirán para afianzarse al sillón de la Moncloa.
Todos somos libres de soñar, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son. Pero el sueño de Zapatero, no es mejorar la vida de los europeos, incluyendo los españoles y también los catalanes, sino mejorar su, cada vez más, deteriorada imagen y tapar todos los errores del pasado. ¿Lo conseguirá? No lo cree nadie. Ayer confesó que no se había dado cuenta de la crisis.
Cuando Rajoy la anunció, lo tachó de antipatriótico y catastrofista, porque en su soberbia no escucha a sus 640 asesores y mucho menos al líder de la oposición, por lo que cuando rectifica, si es que lo hace, es demasiado tarde. Fraga, en los tiempos de Felipe Gonzáles, decía que el PSOE acertaba cuando rectificaba. Pero aquellos eran otros tiempos. Tuve ocasión de hablar con el Presidente González y comprobar que primero escuchaba y después razonaba. Zapatero, ni escucha ni razona.¡God save Spain and God seve Europe!
Zapatero y su pasado rojo