Mi nieto trajo ayer del colegio el formulario que ven ahí arriba. Y le llamo "perla" por no llamarle otra cosa que rima muy bien y empieza por "m".
Para empezar, me gustaría saber cuanto ha costado el diseño del papelito y los millares de fotocopias que se habrán hecho para que llegue a la familias de todos los alumnos. Meno mal que debe ser solo la comunidad andaluza, ya que menciona una Ley de Educación de Andalucía. La misma comunidad que prometió un ordenador por alumno, de lo que nunca más se supo, a sabiendas de que un ordenador sustituye a muchos libros, a menos que los vendan en el mercado del Charco de la Pava. Que ya pasó.
Yo aprendí a leer y estudié con doña Dulce, maestra privada que me preparó hasta el examen de ingreso, que a los diez años había que hacer para comenzar el bachillerato del plan de estudios de 1939. Eran siete años en los que se estudiaban todas las materias, en los primeros años había francés o italiano, en los últimos inglés o alemán, dos años griego y todos los años latín. Y leíamos mucho, desde el TBO a los Cuentos de Calleja y desde El Quijote al Coyote, sin olvidarnos de las poesías románticas de Becquer o la más sexy de Lorca, "La casada infiel", pasando también por traducciones de escritores extranjeros como Mark Twain, Walter Scott o Alexandre Dumas.
Claro que no había TV, PC. Tablet, Facebook, Twitter, Play Station, Iphon y toda esa extensa gama de tecnología de las que disfrutan, entretienen, enseñan, educan, malean, enganchan, comunican, unen y hasta corrompen a nuestra juventud, según el uso que le den a los nuevos aparatos. Ese sería el Compromiso, no solo de la familias, sino de los educadores.
Volviendo al Compromiso Educativo de las Familias con la Lectura, creo que es algo tan personal y tan difícil de cumplir en las actuales circunstancias de supervivencia, que no creo que estemos en las mejores circunstancias para cumplir los siete mandamientos a los que debemos comprometernos. Vamos, claro y en román paladino: Yo, abuelo de alumno, no firmo.
Los padres, allá ellos, que ya son mayorcitos para saber lo que hacen, pero no creo que estén en circunstancias de cumplir con el compromiso. Se que harán lo que puedan porque ya e preocupan de la educación de su hijo.
Creo que don Luciano Alonso, Consejero de Educación, Cultura y Deporte debería ocuparse más de la deplorable situación de la educación en nuestra Comunidad y no perder el tiempo en criticar políticamente la nueva Ley Wert, viajando a Madrid, como hizo ayer, a presionar para que no se aplique hasta el curso 206/2017. Eso es, después de las próximas elecciones generales. Para evitarse derogarla en el hipotético caso de que el PSOE volviera al Gobierno, como hizo Zapatero con la de Pilar del Castillo cuando llegó al Gobierno gracias a 192 muerto y más de un millar de heridos que cambiaron, de la noche a la mañana, la intención de voto e los españoles.
Finalmente recomiendo a quién haya diseñado el documento, que se aplique el cuento y le de un repaso a la Gramática, para que se entere de que "padres" quiere decir padre y madre, "hijos", hijos e hijas y "abuelos", abuelo y abuela. Ya está bien de las imposiciones de las feministas que quieren enmendar la Gramática a la Real Academia de la Lengua Española. Y que gastemos más, en tiempo, tinta y papel, los/las que escriben como hobby o para ganarse la vida