Desde bastante joven aprendí lo que pasa con los globos. Una de las atracciones de las Fietas de San Antonio, que por supuesto se ha perdido, era "la elevación de globos y fantoches". Los fantoches, para los que no lo sepan, eran globos en forma de personas o animales, más o menos ridículas, de distintos diseños y colores. Por ahí anda una foto en la aparecemos mi primo José Luis Girón, Eloy Robledo y el que escribe, preparando uno en la calle Larga antes de la cucaña y la sangría que empezaban a plena tarde y no a la hora actual. Era evidente que los globos subían hasta desaparecer y que duraban mientras la lamparita con un algodón empapado en alcohol permaneciera encendida. Entonces el globo se desinflaba y caía, Dios sabe donde, sin peligro ninguno de producir fuego en el campo. Ahora creo que el INFOCA los tiene prohibidos y a pesar de eso hay más fuegos.
Pues bien, al gran globo que lanzaron, fuera quién fuera, contra la figura de Rodrigo Rato, desde la detención en su domicilio y la foto entrando en el coche agarrado por el cogote, parece que se le está acabando el alcohol del algodón y ha empezado a bajar desinflado. De momento, todo se queda en un "supuesto delito fiscal".
Nunca he sido partidario del "y tu más", pero tengo la absoluta certeza de que el que nunca haya tratado de defraudar a Hacienda, aunque solo haya sido por cobrar o pagar facturas sin IVA, sería el más indicado para acusar a los demás. ¿Cuantos acusadores veremos?. Ya saben la parábola de la mujer adúltera a quien querían lapidar y cuando Jesucristo dijo: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". nadie se atrevió.
Nunca he sido partidario del "y tu más", pero tengo la absoluta certeza de que el que nunca haya tratado de defraudar a Hacienda, aunque solo haya sido por cobrar o pagar facturas sin IVA, sería el más indicado para acusar a los demás. ¿Cuantos acusadores veremos?. Ya saben la parábola de la mujer adúltera a quien querían lapidar y cuando Jesucristo dijo: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". nadie se atrevió.
Coincidí con Rodrigo Rato en reuniones de la Junta Directiva Nacional y por última vez en una rueda de prensa de José María Aznar en Londres, dos meses antes de que este ganara las elecciones que les llevaron a la Presidencia y Vicepresidencia del Gobierno en 1996. Estaba con Emilio Botín y me dio la impresión de que Rato parecía más interesado en la economía que en la política. Ya contaban en los corrillos de Génova, que cuando Rato empezó campaña en política en 1979, se recorría los pueblos en un Porche y cuando le criticaron por "ostentación de riqueza" contestó que prefería que el electorado supiera que tenía ese coche antes de entrar en política. ¿Cuantos han entrado en política con el único deseo de poder comprase un coche o dos, una casa, un apartamento y todo lo que venga, con dinero público?.
Con este importante paso y los que vengan, la Justicia es lenta pero segura, los españoles debemos saber dónde está cada uno para que podamos decidir quién puede gobernar España. Le toque a quién le toque, el que lo haya hecho, que lo pague. Dinero de vuelta y cárcel a quién corresponda. Regeneración política, pero más importante es la regeneración moral que necesitamos todos los españoles. Y respeto, como enseñaban en mi juventud, "a los mayores en edad, saber y gobierno". Me decía una vez, hace ya varios años, Lord Garel-Jones, que conoce España y los españoles, hasta el punto de dar un magnífico Pregón Taurino en Sevilla hace cuatro años. que "Los españoles entendían por democracia, respetar las ideas de los demás. siempre que coincidieran con las suyas". Así, cualquiera, pero lo esencial es cambiar "siempre" por "aunque no" coincidan. ¿Aprenderemos algún día?.