Hoy no me refiero a los de mi pueblo, que también lo están. Aunque hay que reconocer que los nuevos candidatos están algo ilusionados. Mejor decir ilusionada, porque la candidata a la alcaldía, al menos, tuvo la decencia de acudir a la inauguración del Museo de la Cabalgata, el sábado pasado, sonriente y saludando a todo el mundo. De los actuales concejales del PSOE no vi a ninguno. Posiblemente no lo invitarían al acto, aunque se invitó a todo el pueblo.
Hoy me refiero a la sesión de control al Gobierno ayer en el Congreso. El nerviosismo que venían padeciendo hace algún tiempo se demostró claramente ayer. Ya anteriormente habían demostrado miedo a las pregunta de los periodistas, como cuando Zapatero, en ruedas de prensa, dice que no hay preguntas, cuando Chaves entró en la Diputación de Huelva por la puerta de atrás, o como Rubalcaba salió de la sede del Poder Judicial por la puerta del garaje. Bono tiene más cara y ayer se burló de los periodistas.
En la sesión de ayer se pudo ver el nerviosismo de Zapatero a la pregunta de Rajoy sobre economía. Ahora resulta que la culpa de la crisis la tiene el Fondo Monetario Internacional, de cuando era presidente, !no se lo pierdan¡, nada menos que Rodrigo Rato. Claríisimo, era del Partido Popular. Y Rajoy no entiende nada. Y Zapatero tiene más labia que tenía Felipe Gonzalez cuando vendía una burra. En cualquier país civilizado, Zapatero ya estaría en su casa por propia voluntad, dando prueba de una decencia política de la que, por supuesto, carece.
Soraya Saenz de Santamaría puso a Rubalcaba contra las cuerdas y se llevó una ovación de oreja y vuelta al ruedo. La oreja de Rubalcaba, que quedó tan por los suelos que ya ha anunciado que se escapa del Congreso, y de las preguntas, hasta el 9 de marzo. ¿Creerá que en dos semanas se va a arreglar todo lo que tiene encima. O ¿va a desaparecer del mapa por si las moscas?
Fátima Bañez también toreó, templando con la derecha, las embestidas de Manuel Chaves por su implicación en los EREs de la Junta que presidía hasta que se quitó de en medio para evadir eso y la subvención a la compañía en que trabajaba su hija.
Ignacio Gil Lázaro obligó a Rubalcaba a decir que nunca informó al Presidente del descubrimiento del chivatazo. Pues muy bien. Si yo soy presidente y mi ministro del interior me oculta algo, lo echo a patadas inmediatamente. Pero Zapatero no esta por eso.
Está visto que contra el caso Faisán, las facturas falsas de Mercasevilla, los EREs de los socialistas y otros casos más, dignos de aquél periódico que llevaba ese nombre, no les queda más que sacar a relucir el caso Gürttel. Parece ser que tres trajes presuntamente regalados, tienen mucha más importancia, que setescientos millones de los EREs, diez millones de Matsa, el chivatazo de El Faisán y las cuentas de Mercasevilla. Y para colmo, anoche nos enteramos que se ha presentado una querella contra Bono por cohecho, falsificación y fraude. ¿Prosperará o se archivará?. Se dice que es imposible que con su sueldo desde que está en política y por mucho dinero que ganaran los negocios de su esposa, se pueda amasar semejante fortuna. Otros hay en pueblos pequeños que de la nada se han montado en varios años.
Y como punto final del nerviosismo socialista, hay que destacar el espectáculo de ayer en el Parlamento de Andalucía donde el portavoz del grupo socialista llamó "sinvergüenza" a Antonio Sanz y el ex consejero José Antonio Viera, pierde los nervios y le llama "cabrón" también a Sanz.
Espero que estos insultos les traigan consecuencia a los dos. Así es como los socialistas representan a sus votantes, porque esa actitud de insultos barriobajeros no dice nada de la mínima educación que un parlamentario debe tener por respeto a sus votantes y a lo que representa. Acabaremos como aquellas sesiones de las Cortes, durante la II República, cuando volaban los insultos personales, las descalificaciones y hasta las bofetadas por los pasillos. ¿O es eso lo que están buscando?. No hace falta recordar como acabó.
