Los británicos por naturaleza son antitaurinos. Los que no conocen la Fiesta, los que las conocen se vuelven aficionados. ¿Ha leído usted la tercera de ABC de hoy?. Pues léala. Merece la pena. Es de un británico, galés de nacimiento, casado con una española y político de altura. Le tengo mucha simpatía y respeto por algo que tenemos en común. Yo estoy casado con una británica, nacida el Gales y soy algo político salvando la enorme diferencia en altura. Pero por encima de todo esto, los dos somos amantes de España y del Reino Unido. Le conocí cuando era miembro del Parlamento por el distrito de Watford en 1979 y tuve ocasión de coincidir con él en varias ocasiones en las que me demostró sus conocimientos del idioma español y, sobre todo de los asuntos de España en aquella época de la transición. Nunca hablamos de toros, pero también sabe y además en un buen aficionado. Les estoy hablando de Tristan Garel-Jones, Barón Garel-Jones, casado con Catalina Garrigues Carnicer, que pasa su vida entre el Reino Unido y España y que nos conoce mejor que muchísimos españoles. Su tercera de ABC lo demuestra con creces.
También conocí en aquellos tiempos a otra personalidad amiga de España y de los toros. El escritor peruano Mario Vargas Llosa, otro que reparte su vida entre el Reino Unido, España y su país natal. Además de escritor y ensayista, es crítico periodista y hace años que adquirió la nacionalidad Española. En 1990 fue candidato a la presidencia de su país por el partido de centro-derecha. Frente Democrático. Supongo que vería la primera corrida de toros de su vida en la Plaza de Lima y es un buen aficionado que se puede ver con frecuencia en las plazas españolas acompañado de su mujer Patricia.
Dos políticos, escritores e intelectuales que deben estar horrorizados de los manejos catalanes que han prohibido las corridas en la comunidad. Y no solamente por los que puedan sufrir los muchos aficionados catalanes, sino por lo que para España significa ese tremendo disparate. Se que ambos creen en una España que fue y deber ser una gran nación y les dolerá, como me duele a mi, esa división estúpida a la que estamos llegando con los estados de la autonomías, debido a la errática y torticera política de Zapatero para mantenerse en el poder sea como sea. Ahora son los toros, como ya fue la lengua, la educación y la señera y después vendrá el flamenco, el fútbol,
el cine, el arte,las bebidas y hasta el código de barras de los productos catalanes, que empezará por el número 15 a diferencia del español que empieza por 81. Como dice un amigo mio: Hombre, me alegro, porque así no me equivocaré con los productos que no quiero comprar.
A este paso vendrán después otras comunidades en busca de su propia identidad según los políticos que la gobiernen y terminaremos en una nación de reinos de taifa, donde hará falta pasaporte para ir de Aracena a Mérida o de Sagunto a San Sebastián. Puede ser que en Bilbao se pueda abortar, pero no en Toledo y que llegue el día que asesinar en Madrid salga más barato que asesinar en Salamanca, porque en Salamanca exista la cadena perpetua y en Madrid no.
También recuerdo, de aquellos tiempos, al primer Presidente y fundador del Club Taurino de Londres, George Erik, un simpático judío inglés,que lo fundó en 1959, tres años antes de mi llegada a Londres y que era asiduo del Club Español en Londres, donde se reunían los socios para intercambiar opiniones, fotos y videos y cenar con jamón, gambas y rioja. Erik murió hace unos años, por lo que se ha evitado el cabreo que tendría ahora mismo. Especialmente por el carácter político de la prohibición. Llevaba siempre en su cartera una foto de Franco y otra de José Antonio. No hay más que añadir. Que Dios le tenga en su gloria.