No pasó inadvertida la muerte, a los cien años, de Antonio Caro Correa, en junio del 2009 en su querida Sevilla. Había nacido en Guájar, provincia de Granada en 1909, de padres campesinos que un año más tarde se afincan en Granada capital. En sus primeros años en la escuela muestra ya una afición a las artes, comenzando por la música. A los trece años comenzó trabajar en un taller de escultura religiosa. Después de cuatro años en Barcelona, donde asistió a la Escuela de Artes y Oficios, vuelve a Granada y continua su aprendizaje como escultor que le lleva desde la escultura religiosa a la abstracta y a la figurativa, luego a la pintura desde bodegones a expresionismo, más tarde al dibujo, para llegar, al final de larga vida, a la narración y la poesía.
En 1945 gana la plaza de Catedrático de Talla en la Escuela de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, donde, ya casado, establece su residencia. Como primer trabajo en Sevilla se conoce la restauración de las esculturas de Los Doce Sevillanos Ilustres que coronan la fachada del Palacio de San Telmo, justo detrás del Hotel Alfonso XIII. Luego vino la escultura de Alfonso X el Sabio, para su sepulcro en la Capilla Real de la Catedral Hispalense.
Muestras de sus obras tenemos varias en Sevilla en lugares públicos que todos conocemos. El grupo escultórico "Muchachas al Sol", encargado por el Ayuntamiento de Sevilla para ornamentar la Plaza de Cuba, fue objeto de polémica entre grupos de intelectuales por su estilo modernista, pasó por diversas ubicaciones, hasta que en 1981 se colocó definitivamente en la Glorieta de las Cigarreras.
En 1973 termina el Monumento a Juan Sebastián Elcano que se encuentra frente al Puente de los Remedios, que en su día se llamó del Generalisimo. Otro cambio debido a la estúpida Ley de la Memoria Histórica, que ha querido borrar el recuerdo de todo lo que huela a franquismo. No todo, porque las pagas extras del 18 de Julio y la de Navidad, no han tenido cojones de quitarla. Solo las
han cambiado de nombre para llamarlas De Verano y del Solsticio de Invierno.
Antonio Caro fue también el encargado de ornamentar las nueve puertas que se abrieron en la antigua Fábrica de Tabacos, para convertirla en Universidad. Y aquí el escultor cometió un error que la mencionada Ley no ha perdonado. Se le ocurrió poner sobre la portada de la Facultad de Ciencias y entre dos Angelotes, el Escudo de España. Claro que era el escudo de 1956 que ya no es válido por decisión de unos ignorantes que no saben que Franco lo copió de los Reyes Católicos. Lo hemos visto, en la serie de TVE "Isabel", en el dosel detrás del trono de los Reyes que le dieron a España unidad y la gloria de crear el mayor imperio del mundo "en el que nunca se ponía el sol". ¿Como quedará la portada sin el escudo?.