miércoles, 30 de noviembre de 2016

AVIONES

Dicen que es el sistema más seguro para viajar y el que menos muertos causa. Pero es que cada accidente cuesta un  número considerable de víctimas y se le da mucha publicidad. Cuando mis hijos eran pequeños veníamos de vacaciones en coche desde el R.U. Tardábamos varios días en cruzar Francia y España de norte a sur y menos días en volver de sur a norte. Planeaba el viaje por diferentes rutas y noches en varios hoteles para conocer algo de Francia y mucho de España. Una vez hicimos el viaje de vuelta en 36 horas sin escala y lo más pesado fue el cruzar Londres, de este a oeste, de noche y lloviendo, para llegar de Dover a Maidenhead. Cuando los hijos empezaron a venir solos y los billetes de avión bajaron los precios, Patricia y yo comprobamos que era más barato y ganábamos mucho más tiempo, viniendo por aire y arrendado un coche en Sevilla.
Mi madre, que se atrevió a ir sola de Sevilla a Londres cuando nació su primer nieto en 1965, la primera nieta llegó cuatro meses antes, siempre nos despedía con la petición: "Niño, llama en cuanto llegues". Siempre le contestaba lo mismo: "Si no ves en televisión o oyes en la radio que se ha caído un avión, es que hemos llegado bien". Los trayectos de El Porvenir a San Pablo o de Heathrow a Maidenhead eran más peligrosos aunque este último eran diez minutos por una autopista de tres carriles que yo usaba, hasta Londres, cada día de la semana y me llevaba casi una hora para solo cincuenta kilómetros.
Las "head line"  de la prensa de hoy es el accidente de avión en Colombia, donde han muerto 71 persona y se han salvado siete. Y ¿cómo no? se están buscando culpables para poder mantener que el volar es el más seguro de lo medios de transporte. Ya se dice que el avión no era apto para ese trayecto, que sufrió un fallo eléctrico, que el tiempo era malo y que se le hizo esperar demasiado para poder aterrizar.
Espero que no lleguen a utilizar la tragedia con fines políticos y culpen a los guerrilleros de las FAR, que acaban de firmar un tratado de paz, como llegaron a culpar al Ministro Trillo de la muerte de 62 militares españoles  y 13 tripulantes en el accidente del Yak-42 en Turquía, allá por el 2003. 
Esta vez le ha tocado a los futbolistas del equipo brasileño Chapecoense, que se dirigían de Bolivia a Colombia para disputar la semifinal de la Copa Sudamericana en Medellín. Tres futbolistas y otros tres pasajeros han sobrevivido aunque con heridas graves. Posiblemente podrán dar algunos detalles de las causa del accidente que guarda cierta cierta similitud con el del Yak-32, aunque no eran de la misma aerolínea ni del mismo fabricante. Ambos pertenecían a compañías chárter, más baratas que la convencionales, hacía mal tiempo, niebla y lluvia, encontraron dificultades al intentar aterrizar, quizás acabaron con el combustible debido el tiempo de espera...... ¿Lo sabremos?.
 No habría que darle más vueltas. A los fallecidos les había llegado su hora, contra eso nada se puede hacer. No es oportuno el hacer chistes, pero me ha recordado lo de la señora que le daba miedo volar e intentaron animarla diciéndole que todavía no le había llegado su hora. Contestó: Quizás la mía no, pero ¿y si ha llegado la del piloto?.
También existen algunos fallos humanos. Aunque una de estas tragedias nos conmuevan por el número de fallecidos y la cobertura mediática que se le da, conviene saber que el número de víctimas de carreteras fue de 1,126 fallecidos y 4,843 heridos en 1915. Este número es un  descenso histórico desde 1960, en que hubo 1,300 fallecidos, pero hay que tener en cuenta que en aquél año había un millón de coches circulando por España y en 2015 había más de treinta y un millones. Yo tuve un accidente en 1961, puse el coche con las ruedas hacia arriba, pero no cuenta porque gracia a Dios sigo aquí y ni tuve que pasar por el hospital.