Exhumación, profanación, revancha, sacrilegio o propaganda electoral, llámese como mejor le parezca ya que tiene un poco o un mucho de todo. El espectáculo comenzará a las diez y media de la mañana del jueves 24 de este mes de octubre. ¿Seguro?.
Al menos así lo ha anunciado el dictador Sánchez Perez-Castejón que no le importa traicionar la memoria de su pariente el General Castejón, después de añadir su apellido con guión al de su madre. Ya estamos acostumbrados, después de más de un año desde el primer anuncio de la fecha, a que haya recursos que la anule.
Si esta se cumple no la olvidaré nunca. Durante 87 años he celebrado ese día como el de mi Santo y desde hace 55 años, el aniversario de mi boda con Patricia.
Si el dictador Sánchez hubiera tenido la valentía de convocar un referéndum entre los españoles sobre la exhumación, se llevaría una sorpresa. Los que vivimos la Guerra Civil, la posguerra y el ahora llamado franquismo, votaríamos que NO. Los que solo han conocido la democracia pasarán de todo y solo los que realmente lo pasaron mal, votaría SI. Solo si ganara el SI la sorpresa sería mía.
El dictador Sánchez se está ganando otro nuevo sobrenombre, El Profanador de la Historia.