miércoles, 4 de enero de 2012

CABALGATA 1936

No creo que haya muchos higuerenses que recuerden la Cabalgata de los Reyes Magos en Higuera del año 1936. Son setenta y cinco años. Yo si la recuerdo. Tenía solo tres años y diez meses, pero concurrieron varias circunstancias que, como propias vivencias o porque las he oído contar muchas veces, me hace recordar precisamente la cabalgata de ese año. Nada que ver con la triste memoria de la Guerra Civil que comenzaría seis meses más tarde y que trajo como consecuencias que la Cabalgata no se celebrara en Higuera por algunos años.
Hace unas semana solamente, un amigo me regaló una fotocopia del Programa de la Cabalgata de los Reyes Magos en Higuera de la Sierra, Año 1936. Solo una hoja tamaño A4, doblada por la mitad, impresa en la Imprenta Arias Montano - Aracena, Teléfono 58, según dice la contraportada. Al abrirlo aparece el Programa y algunas observaciones, firmadas por La Comisión. 22 Grupos entre bandas de música, caballos, burros cargados de juguetes, dulces y prendas, sorprendentes elefantes de la India y camellos cargados con juguetes, la Carroza de la Estrella de Oriente, cinco Carrozas más con escenas bíblicas y los tres Reyes a  caballo, terminando con la Escolta Real compuesta de 25 soldados a caballo y un Capitán. En total deberían ser más de cuarenta caballos; actualmente no hay tantos caballos, ya que se han convertido en los caballos de fuerza de al menos dieciséis camiones.
Recuerdo ver todo el cortejo desde una de las ventanas de la casa de mis padres,la que es ahora el Hogar del Pensionista, junto a mi hermana María Teresa, (nuestro hermano Marcos nacería un mes más tarde) y con Ángeles, nuestra tata, y nuestros padres y abuelos maternos, Guadalupe y Marcos. Mi abuela paterna María, se quedó sentada a la camilla debido a su edad y precaria salud. Murió en agosto de ese mismo años. Lo que más me impactó fue ver a la Estrella de Oriente en el camión conducido por Pepe Sierra con el letrero en la puerta del conductor, que decía "Anís Martes Santo".
Hoy he recibido la visita de mi buen amigo, magnífico Pregonero del pasado año y excelente  Presentador de nuestro paisano José Manuel Brazo, Pregonero de este, Joaquín Arbide, que me ha traído, como felicitación de Reyes, un ejemplar de su recién editado libro "Cuentos de Navidad". He leído con deleite el primer cuento y cuando he llegado al segundo, veo que comienza: "Era la Nochebuena de 1936 en Triana". Lo he dejado para leerlo mañana, porque me ha vuelto a recodar ese año del que tantos recuerdos conservo.
Y me he sentado a escribir para compartir esos recuerdos con mis lectores, porque creo firmemente que son tantos y tan distintos que merece la pena guardarlos aquí. La casa de mis padres, una familia reunida de abuelos, padres e hijos, la calle llena de caballos, la impresión de ver al camión de la Caldera, como venido del cielo, el resto de la comitiva, los Reyes tirando caramelos y la ilusión de ir a la cama para despertar temprano y ver que aquellos Magos que venían del lejano oriente habían dejado en nuestros zapatos que estaban a los pies del Nacimiento que había en el comedor. 
Toda esta alegría se frustró a la mañana siguiente. Mientras mi hermana y yo  jugábamos con los juguetes recibidos y nuestros padres desayunaban, el abuelo Marcos, se afeitaba en el cuarto de baño, sufría un infarto y moría. Yo entonces no entendía de muerte, pero después comprendí las lágrimas de mi madres y de mi abuela en ese día en deberíamos estar muy felices. Un mes más tarde vino el mundo el tercer hermano a quién le pusieron el nombre del abuelo. En el mes de agosto moría mi abuela María, que se enterraba sin sacerdote ya que Don Inocencio estaba en la cárcel junto con mi padre, mi tío Francisco y veinte personas más. El 18 del mes anterior había estallado la Guerra y ya no tengo ganas de recordar más.
 Mañana a estas hora estará en la calle la Cabalgata del 2012, que es una fiesta que trae a millares de visitantes y alegría, ilusión y esperanza tanto a los pequeños como a los mayores. ¡FELICES REYES!