viernes, 24 de septiembre de 2010

LA HUELGA GENERAL 29-S






Llevamos varios meses hablando de la huelga general que los sindicatos UGT y CC.OO han convocado para el día 29 de septiembre. Solo con más de un año de retraso, por fin se han decidido a ir contra el Gobierno, 0 contra el Partido Popular, que no s sabe muy bien.
El Gobierno y los Sindicatos (verticales) se están echando un pulso para ver como quedan bien los dos. O sea, que ninguno gane ni pierda, pero que los dos salgan indemnes y el responsable sea el Partido Popular. Eso parece ser el gran deseo de ambos, porque no hay un comentario de la prensa, la radio o la televisión del Gobierno, que no critique al Partido Popular por su actitud ante dicha huelga.
Es evidente e indiscutible que los trabajdores tienen derecho a la huelga. Pero los trabajadores también tienen el derecho al trabajo. Y todo aquel que no pertenezca a un sindicato, no puede ser, por ningún concepto, obligado a seguirla.
En el Reino Unido, siendo Primer Ministro Edward Heath en 1973, una huelga de mineros, algo así como la actual en Asturias, solo que casi cuarenta años antes, le obligó a convocar elecciones anticipadas y le costó el ser derrotado por el laborista Harold Wilson. Unos años más tarde, los mineros declararon otra huelga en contra de Margaret Thatcher, con la misma idea de acabar con el Gobierno, pero la Iron Maid resistió. Contra los piquetes, puso otros piquetes de la policía, que protegían a los que querían trabajar y llegó la confrontación tan lejos, que se cobró la muerte de un taxista que llevaba a un trabajador, cuando le arrojaron un bloque de cemento al pasar el taxis bajo un puente en una autovía. Entonces se introdujo una ley por la que los sindicatos tenían que convocar las huelgas democráticamente por votación secreta de los afiliados. Esta medida casi termina con las huelgas, que decrecieron sustancialmente.
Spain is differente, así que aquí los que convocan las huelgas son los líderes, sin contar con los afiliados y obligando, con los piquetes informativos, a secundarla, no solo a los afiliados, sino también a los trabajadores en general. Pura y dura coacción.
La primera huelga que yo viví en España fue en la Costa del Sol, estando de vacaciones un agosto de los años ochentas del siglo pasado. Una huelga de hostelería que nos obligó a comer bocadillos y otras cosas frías ya que obligaron al cierre de los comedores de los hoteles y todos los restaurante y chiringuitos de la playa. Menos uno como supimos después. Se trataba de uno, propiedad de un alemán, donde trabajaba el matrimonio y un hijo con la ayuda de un camarero español. Esos días se los dieron libre al camarero y el matrimonio y su hijo abrieron el chiringuito. Cuando el correspondiente piquete informativo se presentó amenazante y quisieron pegarle al hijo, el padre sacó una escopeta de caza, disparó sobre las cabezas de los piquetes y los hizo correr para no volver. El alemán lo tenía muy claro. ¿Cómo puede un sindicato español obligar a un extranjero que no está afiliado a secundar una huelga cerrando su propio negocio?.
Para colmo me piden a mi, abuelo y jubilado que me abstenga de cuidar a mi nieto. Pues mire usted, yo no he pertenecido en mi vida en España o en el Reino Unido, más que al S.E.U.(Sindicato Español Universitario), del que fui delegado de curso en la Facultad de Veterinaria de Córdoba. Entonces y en plena dictadura, tomábamos los acuerdos por mayoría de los estudiantes. Generalmente el principal problema era la fecha de las vacaciones de Navidad, que siempre queríamos que se adelantara. Ahora en plena democracia se toman las decisiones a nivel de líderes que viven de los buenos euros que el Gobierno, no los afiliados, les paga del dinero de todos los españoles. Algún día habrá que hacer una reforma de las leyes que regulan los sindicatos, porque con las actuales no vamos a ninguna parte. Sigue dictando el Gobierno que es el que paga. Poderoso caballero.......