Hoy hace ochenta y tres años, las tropas "golpista" de los Generales sublevados contra el Gobierno Republicano, salvaron a los que ven en la foto de morir quemados dentro de la Ermita de San Antonio. La pensaban quemar como también la del Cristo del Rosario y la Parroquia de San Sebastian, cuyos retablos y algunas imágenes, ya destrozados y amontonados, hubieran sido suficiente hoguera para derribar la Iglesia.
La foto, fotocopia de otra fotocopia de la foto original, que guarda celosamente un descendiente de uno de ellos, está tomada a la puerta de la Ermita del Cristo, donde estuvieron prisioneros de las "hordas marxista" desde los primero días de la "revolución de las derechas" hasta que fueron trasladados a la del San Antonio en los primo días del mes de agosto.
No se si podrán leer los nombres de los prisionero. Hay dos que no hemos podido identificar, por lo que rogaría a los lean esto, que si por casualidad los reconocen, me lo hagan saber. No queda ninguno de ellos vivo, el más joven, que solo tenía 16 años, Pablo Rincón Cañizares falleció solo hace tres o cuatro años y entonces yo no conocía la foto.
Los delitos cometidos por lo prisioneros, por lo cuales los "rojos" le condenaron a muerte debieron ser por ser católicos, de derechas, empresarios, terratenientes, comerciantes o simplemente ricos. O sea, por simple odio de "clases". Y esto me hace recordar las ideas de un comunista que conocí en Londres y que un día, despotricando contra lo ricos empresarios, terminó diciendo que había que acabar con todos ellos. Un joven español lo calló con esta corta y certera frase: "Si acabamos con los empresarios, quién nos dará trabajo a los trabajadores". Solo un pequeño comentario. Un año más tarde, el comunista que había sido peluquero, abrió una peluquería en un barrio de Londres donde habitaban bastantes españoles. Se comentaba, que hacía trabajar horas extras a sus tres empleados y que no se las pagaba.
Hoy aparece otra vez en la prensa digital el artículo, que compartí en Facebook hace unos días, sobre la fosa común de este pueblo. A parecer han encontrado "signos de violencia" en algunos de los restos encontrados. No especifica que clase de violencia. Ya es suficiente violento matar a balazos o dar un tiro de gracia a los moribundos. Pero todas la guerras son violentas y se cometen horrores. Lo que debemos hacer, y con más razón al cabo de tanto tiempo, es asumir el pasado para que no se vuelva a repetir, perdonar, olvidar y construir un futuro en paz y libertad.
Remover todos los horrores en un pueblo que solo sufrió la Guerra durante 32 días, donde solo murieron un Concejal (me supongo que sería de derechas) asesinado por unos desconocidos de los que no pudo defenderse, Antonio Ramirez (que aparece en la foto) y La Morona y su hija, abatidos por lo que ahora se llama "fuego amigo" al ser confundido por las tropas liberadoras y el ex alcalde Zacarias, en el mes de noviembre, asesinado en plena calle por un desconocido, que podría haber sido el teniente Manso (bonito nombre), sanguinario revanchista de las tropas nacionales que algún tiempo más tarde tuvo que ser juzgado por un Consejo de Guerra que lo condenó a muerte por sus hechos probados.
Siento que tenga que recordar estos hechos, pero ya estoy harto de que después de 83 años, tengamos que estar todos los días leyendo o escuchando opiniones, más o menos verídicas, de estos horribles hechos.
Me queda la satisfacción de que mi padre, a pesar de haber estado a punto de ser quemado en la Ermita de San Antonio junto a los que han visto arriba, siendo Jefe Local de Falange en Noviembre de 1937, impidió que se fusilaran a los que trajeron en un segundo camión de Zufre.