Hoy conmemora la iglesia católica el día de San Valentín, que desde el Concilio Vaticano, agrupa a tres Valentines: Valentín de Roma, sacerdote que sufrió el martirio en el año 269, Valentín de Terni, que fue obispo en el año 197 y Valentín del que solo se sabe que fue martirizado en África.
La asociación de San Valentín con el amor romántico data del año 1382, cuando el poeta inglés Geoffrey Chaucer en su "Parlament of Foules", escribe: Porque este fue el día de San Valentín, cuando cada ave vino a elegir su pareja." en un poema dedicado al primer aniversario del compromiso matrimonial de Ricardo II de Inglaterra y Ana de Bohemia, que se casaron, un año más tarde, a la edad de 14 años.
Posiblemente desde entonces se fue introduciendo la costumbre de hacer regalos entre los amantes en los países anglosajones, que siglos más tarde se extendió a casi todo el mundo. El comercio participó, con su poderosa influencia, en esta extensión para promover las ventas y en España se introdujo esta costumbre, como casi todas las costumbres extranjeras, extendiéndose rápidamente por todas las clases sociales. Empezó a celebrarse a mediado del siglo pasado, alrededor de los años cincuenta. Fue un éxito la película "El día de los enamorados" que ninguno de los jóvenes y jóvenas de entonces nos perdimos (o la vimos varias veces) y se dice que fue una iniciativa de la cadena Galerías Preciados para incrementar las ventas de toda clase de regalos, desde tarjetas de felicitación, flores, chocolates en forma de corazón o pulseras de diamantes. No me extrañaría que sea verdad, porque después, con el mismo motivo, se han introducido los cambios de regalos de Papa Noel, cuando ya teníamos los Reyes Magos, y los días del Padre, de la Madre, de los Abuelos y seguirán inventando más, porque la sociedad de consumo necesita expansión. Un día hablaremos de los Días, nacionales, internacionales y mundiales que he encontrado señalados en un calendario de este año. Hay dos o tres por cada mes.
Mi mujer y yo no hemos tenido intercambio de regalos. Posiblemente alguien crea que: ¡Hombre, al cabo de tantos años!. Pues no. No tiene nada que ver con los años de casados. Tiene que ver con que los dos creemos firmemente en celebrar el día de los enamorados los trescientos sesenta y cinco días de año y los años que nos queden.