El problema de Gibraltar, que el año que viene cumplirá los trescientos años, ¿Traerán a la Reina Isabel para celebrarlo?, es como las altas y bajas presiones de la atmósfera: unas se van y otros vienen. Pero cada ves son más altas las presiones y más frecuentes. Y es que las erroneas actitudes, los gestos de buena voluntad y la estúpida condescendencia de los Gobiernos socialistas de González y Zapatero han crecido a los llanitos en sus reinvidicaciones de independencia, soberanía y yo diría, que hasta en chulería.
Que España tenga que poner escolta de la Guardia Civil a los pescadores de Algeciras para que no sean acosado por la British Navy, es como si en vez de faenar en aguas españolas, lo estuvieran haciendo en aguas de Somalia. Alguna presión ha debido de hacer al Gobierno de Rajoy, para que la British Navy se haya replegado a donde debe estar. En el Puerto de Gibraltar, que son las únicas aguas territoriales concedidas a Inglaterra según el Tratado de Utrecht.
Ahora tenemos la ocasión con motivo del III Centenario del Tratado el año que viene. No hay otra alternativa. O se cumplen las resoluciones de Naciones Unidas y el Consejo Europeo de solventar el problema entre los Gobiernos Británico y Español, o se aplica el Tratado con todas sus consecuencias. Ya se lo recordó nuestro Ministro de Exteriores al Foreing Secretary en su primer encuentro: "Gibraltar español".
Y no hay vuelta de hoja. No hace falta ser ninguna lumbrera para comprender que si yo le cedo una habitación de mi casa a un inquilino estipulando en el contrato, que el día que este no la necesite no tiene más remedio que devolvérmela, no cabe que se la pueda dejar a otro inquilino. Inglaterra, ahora Reino Unido de Gran Bretaña y Norte de Irlanda, no necesita Gibraltar como plaza militar, llave de entrada al Mediterraneo, al contrario, le sobra. Pero habiéndoles dado a los llanitos la condición de británicos, como hicieron con otra muchas colonias, se ven en la necesidad de defender sus aspiraciones y deseos. El responsable de esa situación es el Gobierno y no los británicos que vive tan bien en la Colonia y que no quieren perder su "modus vivendi", de paraiso fiscal, negocios más o menos sucios, blanqueo de dinero, contrabando de todo lo que se pueda, exención de impuestos y paso libre a las playas de Soto Grande, Estepona, Marbella o Mijas.
En mis esporádicas discusiones con mis amigos ingleses acerca de la Colonia, me di cuenta de que la mayoría creía que Gibraltar era una isla en el Mediterraneo que pertenecía a ellos, como la Isla de Wight en la costa sur de Gran Bretaña. Cuando les explicaba, con mapa incluido, que no era una isla, sino una roca unida a España por un itsmo, también usurpado por ellos, cuando les preguntaba qué pensarían ellos si la Armada Española hubiera tomado la Isla de Wight y la siguiera ocupando y. sobre todo, cuando les convencia de que sus paisanos británicos de Gibraltar disfrutaban del sol y las playas españolas todo el año y no pagar impuestos a la Corona, la actitud cambiaba y la mayoría terminaba diciendo: "That is not right".
Es curioso que cuando Argentina presiona sobre la Malvinas, el Gobierno Británico recela son la actitud de España hacia Gibraltar. Franco decía que la Colonía no merecia la sangre de un soldado español. Pero cerró la frontera de acuerdo con el Tratado y el Gobierno Británico tuvo que tragar. Si hubieramos continuado así quizás la Colonia sería ahora la comunidad autónoma número 18 de España, una más no importa, y se hubiera terminado el problema.
Me refiero al problema con la Colonía, porque los problemas con las 17 CC.AA. actuales no ha terminado, sino que se está agravando. Pero eso es otro tema muy distinto.
La cancelación de la asistencia de nuetra Reina a las celebraciones el virnes de los 60 años de reinado de Isabel II me ha recordado la cancelación de la asistencia de nuestros Soberano a la boda de Charles y Diana. Gestos loables que debemos agradecer a nuestra Monarquía, pero innecesarios, ya que el contencioso de Gibraltar no es cosa de dos casas reales, amigas y con lazos familiares, sino de los Gobiernos de ambos países. Y son los Gobiernos y solo los Gobiernos, los que tienen que reunirse, hablar y acordar las condiciones para que los llanitos acepten que la Roca es territorio español y que a España le corresponde la soberanía. Ellos pueden incrementar el elevado número de británicos que habitan felices y contentos por todo el territorio español, conservando su nacionalidad, su lengua y su cultura, en paz y armonía con el rsto de extranjeros y españoles. Pero, "Gibraltar español"