martes, 9 de mayo de 2017

FRANCIA HABLÓ EL DOMINGO

No toda la Francia, ya que se ha registrado solo una participación del 74,6%, que la más baja en una segunda vuelta desde 1969. Se puede deducir que los franceses también están hartos de tanto politiqueo de los medios, tantos partidos compitiendo y tantos políticos ineptos que solo buscan el poder vivir de la política, porque no saben "vivir para la política".
Pero en democracia el resultado de las urnas mandan y los franceses que han votado le han dado un 65,8% de los votos a Emmanuel Macron y el 34,2% a Marine Le Pen. El 25,4% que no han votado, nunca se sabrá por quién lo hubieran hecho, pero eso no quita validez a que Macron será el nuevo Presidente de los franceses.
¿Es eso bueno o malo?. No voy a entrar al trapo, porque son los ciudadanos franceses lo que así lo han decidido, Tampoco quise entrar al trapo con la elección de Trump por los americanos que deben saber lo que les conviene. Me preocupa mucho más lo que está pasando en mi España (que espero que también sea la suya) y lo que nos espera si no aprendemos en cabeza ajena. Y tenemos mucho que aprender todavía.
Es evidente que los partidos tradicionales tienen cansado a sus votantes, entre otras cosas por una corrupción generalizada que se está empleando como arma arrojadiza de unos a otros, pero que, al menos en España, ninguno se ha atrevido a atajar de raíz con una legislación adecuada, excepto el Gobierno del partido popular, que gracias a su mayoría en la anterior legislatura aprobó unas leyes y unas normas que están dando resultado. 
Y es precisamente el partido popular el que está sufriendo más como consecuencia de esas leyes, que los demás partidos no quisieron debatir, consensuar ni votar. El resultado es que han emergido otros nuevos partidos que presumen de honestidad, de limpieza y transparencia (claro que como no han gobernado, no han tenido oportunidad), y han atraído a muchos votantes con sus promesas.
Ya he mencionado varias veces que la corrupción es tan antigua que se ha convertido en una enfermedad crónica, contagiosa e incurable. Nos fijamos, criticamos y penalizamos la de los políticos, ¿pero que pasa con el resto de lo ciudadanos?. El que miente en su declaración de la renta, el que no aplica el IVA a sus trabajos, el que cobra el paro y trabaja en negro, el que le da trabajo a un ilegal para pagar menos y ahorrar la seguridad social, el que hace una obra y no emplea los materiales adecuados, el que cobra una subvención para una cosa y la gasta en otra ..... y no sigo porque sería interminable. Solo añadir el último truco producto de la picaresca española. El fraude detectado de teñir con zumo de remolacha el atún, porque el atún rojo se paga mucho más caro que el blanco. ¿Qué le parece?.
Vamos a imaginar una posibilidad, posible en un futuro próximo, si seguimos el ejemplo de los franceses. Albert Rivera ganando las elecciones porque representa un partido de centro y le quita los votos al partido popular. Pablo Iglesias como oposición porque le quita los votos al partido socialista. (Eso suponiendo que Sánchez no sea el líder del parido socialista, porque en ese caso irían los dos juntos y de la mano).  La diferencia con los franceses sería que aquí tendríamos uno centrado y  otro de izquierda radical y allí tienen un centrado y otro de derecha radical.
Pues tan malo es uno como lo otro.  No seamos pesimistas. El CIS nos acaba de dar una esperanza. El PP sigue siendo la fuerza más votada aunque pierde algunos votos, El PSOE sería la segunda con algo de recuperación, pero casi empatada con Podemos tercera, que pierde votos. Y Ciudadanos sería la cuarta con algunos votos más. O sea, más o menos, "que nos quedemos como estamos". Pues bueno, yo estaré más tranquilo si los socialistas el próximo día 15, muestran la suficiente cordura para eliminar a Sánchez de una vez y para siempre y convertir el partido en lo que fue antes de Zapatero.