Allá por Junio del año 1993 se celebraban elecciones generales en España y Aznar competía con Felipe González por la Presidencia del Gobierno. Pocos días antes del cierre de campaña recibí una llamada del gabinete del Presidente de mi partido, para que intentara localizar a Plácido Domingo, que estaba en Londres. Me pedían que en nombre de Aznar, le invitara a asistir en Madrid al mitin del cierre de campaña el viernes por la noche.
El plan ya estaba preparado. El avión privado de Abel Matute, por entonces en el Parlamento Europeo, nos recogería en el aeropuerto de Londres y nos volvería una vez cerrado el acto. Recuerdo que el avión ya era conocido por las críticas de los socialistas que lo consideraban como una ostentación de riqueza. Matute declaró que utilizaba su propio avión, que los gastos, incluyendo la gasolina, los pagaba él y que le ahorraba dinero al Estado,porque en vez de quedarse en un hotel en Brusela, volvía a dormir a su casa en Ibiza. Me pidieron que invitara a dos miembros de la directiva del partido en Gran Bretaña y a Patricia, mi mujer, a quien ya conocían.
Como no tenia ni idea de donde estaba Plácido Domingo, llamé al Ópera House, en el que nunca estuve, pero que conocía muy bien, ya que estaba junto al mercado de Covent Garden y me pusieron con el representante o secretario del tenor, que en esos momentos estaba allí ensayando. Le indiqué lo que quería y me pidió que le diera mi teléfono para que me pudiera llamar cuando terminara el ensayo. Le dije que estaría en la oficina hasta las siete y en casa a partir de las ocho y le di ambos teléfonos.
Pocos minutos después de las ocho y antes de que tuviera tiempo de avisar a mi mujer, sonó el teléfono que cogió ella que estaba más cerca. Puso cara de sorpresa y me los pasó, diciendo que era un "gracioso de parte de Plácido Domingo". Era el propio tenor que cumplía fielmente la palabra de su secretario. Ya estaba al tanto de lo que quería y se excusó, sintiéndolo profundamente, de la imposibilidad de aceptar la invitación, pues el viernes por la tarde tenían el ensayo general de toda la compañía, antes de la apertura de la ópera que se estrenaba el sábado. Hablamos unos minutos y por supuesto, surgió el tema político, pero eso ya es privado.
Nos perdimos el acto final de campaña y el placer de haber acompañando al tenor, durante dos viajes de dos horas, en la intimidad de un jet privado donde se puede hablar de muchas cosas y muy interesantes.
Felipe González, volvió a ganar, dejando a José María Aznar en la oposición por otros tres años, ya que Felipe convocó elecciones anticipadas que ganó Aznar, en abril del 96, para ser investido como Presidente el 4 de Mayo. Era un sábado, que nunca olvidaré, porque el lunes, día 6, Patricia y yo desembarcábamos del ferry en Bilbao, para volver a España para siempre. A una España que amanecía con un nuevo Gobierno.
