Me considero tan enemigo de la corrupción, que creo que la situación actual merece más de un artículo. Y más de cuatro o cinco. Sobre toda la corrupción política que es la que hay que erradicar completamente y a la mayor brevedad posible. No solamente está haciendo mucho daño a la reputación de España en el exterior sino que ha hecho un difícil de reparar daño a la credibilidad de los españoles en los partidos políticos y por tanto a la democracia. Ya el españolito de a pie está convencido, porque así lo han proclamado algunos interesados, de que todos los políticos son iguales.
Y no todos son iguales. Estoy convencido plenamente de que en todos los partidos españoles hay gente honrada, dedicada a su labor de servir al público e incapaz de llevarse un solo céntimo de euro.
Claro que el rasante de medir a uno u otro partido no es el mismo. No es lo mismo los miles de millones despilfarrados por la Junta de Andalucia en subvenciones a organizaciones españolas y extranjeras izquierdosas, en obras faraónicas y en jubilaciones fraudulentas, que los 38 millones que Bàrcenas ha declarado tener en su día en cuentas en Suiza.Y no es lo mismo, porque la Junta de Andalucia ha usado dinero público y todavía no se sabe si Bárcenas ha usado dinero suyo, del PP o ha sabido incrementar con éxito su patrimonio personal. Si se prueba esta última posibilidad, merecería ser nombrado, por lo menos, ministro de economía. De lo contrario, que lo devuelva, con interese y que pague una buena multa. No soy partidario de que lo envíen a la cárcel, porque nos costaría un dinero a todos los españoles y saldría, más pronto que tarde, a disfrutar del dinero que no le corresponde.
No es lo mismo los famosos trajes de Camps, que los caballos de Bono, que nadie investiga. No es lo mismo que un diputado del PSOE mande públicamente a la Ministra de Trabajo Fátima Báñez a su casa a hacer punto de cruz, que si un diputado del PP hubiera dicho lo mismo a Bibiana Aido. ¿Se imaginan lo que se hubiera armado en la prensa, en la radio, en la televisión y en el Congreso?
¿Creen que se hubieran callado las feministas, las asociaciones de mujeres maltratadas, la de defensa de la mujer, las de igualdad de oportunidades y las indignadas? Pues hasta ahora ninguna ha salido en defensa de la Ministra ante semejante ofensa sexista,
Quizás sería conveniente empezar por la reforma de una Justicia totalmente independiente como quería Monstequieu (a quién mató Alfonso Guerra). Una Justicia controlada por unos jueces que son los que deben nombrar entre ellos a los Presidentes de los Tribunales y al resto de los altos cargos de la Justicia, sin que tengan que intervenir los partidos políticos. Algo así como la elección del Papa que esperamos. Elegido por los Cardenales entre ellos, que son los que verdaderamente saben quién de ellos puede hacerlo mejor. De esta forma los jueces no tendrían que estar agradecidos a los políticos que los han nombrado para devolverles el favor.
¿No estamos viendo las manipulaciones de la Junta de Andalucía, con el caso de EREs fraudulentos y la Juez Alaya, tratando de ganar tiempo, que llegue la prescripción de los delitos y que Chaves y Griñán se vayan de rositas?. Pues duro, Alberto. A la necesaria y urgente reforma de la Justicia, que esperamos con ansiedad y que los españoles te agradeceremos. Tu sabes y puedes hacerlo.
