Paco Peña Pérez es un guitarrista cordobés, más conocido en el extranjero que en España, ya que desde los años sesentas, vive en Londres de donde se desplaza para dar conciertos en Europa, América y hasta Japón. Paco nació en Córdoba y empezó a tocar la guitarra desde muy niño, actuando por primera vez en público a la edad de 12 años. Formó parte de los Coros y Danzas organizados por el Gobierno y de allí pasó a una compañía en Madrid y luego a la Costa Brava para acompañar a cantaores y bailaores por los tablaos flamencos que amenizaban las noches de los turistas que empezaban a venir a España.
Allí decidió abrirse un horizonte más amplio y marchó a Londres a finales de los años 60s para convertirse en la mayor atracción como solista en el Restaurante Antonio de Covent Garden. Enseguida se hizo famoso, no solo entre los españoles, sino entre los ingleses aficionados a la guitarra flamenca (que son muchos y muy buenos). Muy pronto compartió conciertos hasta con Jimy Hendrix y en 1968 debutó como solista en un concierto en Wigmore Hall. De allí saltó al Carniege Hall de New York, al Royal Albert Hall de Londres y al Concertgebouw de Amstardam.
Poco después fundó el primer curso universitario de guitarra en el Conservatorio de Música de Rotterdam. Muy buen amigo de John William, el más renombrado guitarrista inglés, ha compartido con el muchos conciertos y muchas cenas a base de Rioja y jamón.
Creó en su Córdoba natal el Centro Flamenco Paco Peña, que celebra todos los años el Festival de Guitarra donde se dan cita todos los famosos como Paco de Lucía, Manolo Sanlucar y John Williams, entre otros. En 1997 fue condecorado con la Cruz de la Orden del Mérito Civil por el Rey Juan Carlos I.
Yo le conocí a poco de llegar a Londres. El Restaurante Antonio estaba a dos pasos de la oficina en que que yo trabajaba y era donde casi todos los días íbamos a almorzar y algunas noches a cenar, bien con nuestras mujeres o con clientes españoles que visitaban Londres. Nos hicimos amigos y hablábamos de la Córdoba que yo conocí en mis años de estudiante. Cuando con José María Hernandez y Manolo González fundamos la Asociación de Padres de Alumnos de la Escuela de Lengua e Historia Española en Maidenhead, le pedimos a Paco si nos podía ofrecer un concierto con idea de recabar fondos para la Asociación. Aceptó incondicionalmente con mucho agrado y lo organizamos en el Hotel de Bournam Beeches que regentaba Juanito Plata, junto con el restaurante del Club Español de Londres. Invitamos al Embajador de España, Marqués de Perinat y Señora y fue un exito total, tanto el Concierto como la Cena a continuación y la recaudación económica, ya que asistieron muchos españoles y también muchos amigos ingleses.
Algunos de estos comentaron después cómo habían disfrutado de una noche española, pues fue un verano caluroso en Inglaterra y durante el concierto, hasta se oían los grillos del jardín acompañando a la guitarra.
Recuerdo una vez que coincidí con Paco en una recepción en la Embajada. El Embajador Felipe de la Morena, andaluz y malagueño, acababa de presentarme al mejor guitarrista del mundo, Andrés Segovia, que ya algo mayor, se había retirado al Salón Amarillo y estaba descansando tranquilamente. Paco me dijo que no le conocía personalmente y que le gustaría saludarle. Los presenté y allí estuvieron, hasta el final de la tarde hablando de sus cosas. Bueno, supongo que de sus guitarras.
Otro día, Paco pasó por Maidenhed, a donde venía con alguna frecuencia y pasó por casa a saludarme, estaba yo solo y le ofrecí una copa, pero al decirme que tenía prisa, nos metimos en la cocina y nos tomamos un rioja con chorizo y pan sobre la tabla de cortar. En esto estábamos cuando llegó mi hija que admiraba Paco y que me echó después una bronca por recibir en la cocina a un guitarrista de fama mundial. Y es que Paco, además de su profesionalidad es un amigo sencillo y amable, de esos que se adaptan a todo. También nos acompañó alguna que otra vez a las barbacoas que la Asociación organizaba en la escuela.
Uno de esos amigos, que aunque hace años que no lo veo, siempre lo recordaré con cariño y alegría de los buenos ratos pasados juntos.