miércoles, 20 de agosto de 2014

FIESTAS DE SAN ANTONIO

Fietas en Honor de San Antonio de Padua, es lo que dice el programa, que las fecha del 15 al 19 de agosto. Cinco días de fiesta profana y un solo día de fiesta religiosa. El domingo de la Función Principal y la Procesión con relativamente poca concurrencia a la primera, (la Ermita es muy pequeña) y bastante a la segunda. He oído que se ha sugerido volver al pasado cuando la Función Principal se celebraba en la Iglesia Parroquial. ¿Es bueno volver al pasado?. En algunas cosas, si. Pero en muchas, no. Siempre es mejor mirar al futuro pero recordar el pasado para que sirva de referencia.
Recuerdo que en mi juventud la Fiesta de San Antonio, era el último sábado y domingo de Agosto. Una vez terminada la recolección de cereales y la saca del corcho, ya que la mayoría de los habitantes de Barrio eran agricultores y trabajadores del campo. No se cuando se decidió hacer la Fiesta en esa fecha en vez del 13 de junio que es el día en que la Iglesia conmemora al Santo.
El sábado comenzaba el día con la "alegre diana" y el encierro de los astados que se lidiarían por la tarde. Después de la corrida se llevaba al Santo en procesión desde su Ermita a la Parroquia y la banda Municipal, a las ordenes del maestro Librado, tocaba en el Paseo hasta las 12 de la noche. A la mañana siguiente se celebraba la Función Principal y a continuación el traslado del Santo a su Ermita. Por la tarde bien temprano se degustaba la sangría en la calle Larga y, ya oscurecido, la Procesión por las calles del Barrio.
La Banda Municipal tocaba en la Plaza los consabidos pasodobles y a la 1 de la madrugada, se terminaba todo con una función de fuegos artificiales. A la mañana siguiente todos a trabajar. No había el "día de resaca", porque no había cubatas.
Si algún joven lee estas lineas, quizás no crea lo que digo, pero si habrá muchos que lo recuerden con nostalgia o al menos reconozca el cambio de los tiempos, para bien o para mal.
En la galería de fotos de Gabriel Salas podrán ver pruebas gráficas de la sangría y comparar las mesas de madera (generalmente mesas de cocina), con el lebrillo y los vasos y comparar con los platos de comida con jamón, gambas y tortillas de los banquete actuales que empiezan a las 10 de la noche y terminan a las ocho de la mañana. O más tarde, porque yo he visto ayer jóvenes bastante más tarde con evidente señales de ir camino de la cama.
A mi edad, por supuesto, no soy amigo de este tipo de diversión, pero no voy  caer en ser crítico de la misma. Que cada uno se divierta como quiera. Y prueba de ello es que el lunes me quedé en mi casa con mi hijo y mi nieto, nos tomamos unos vasos de sangría (los mayores, porque mi nieto no tiene edad y sabe muy bien lo que tiene que hacer) y nos fuimos a la cama, donde tengo que reconocer que pude dormir sin que el ruido o la voces me molestaran.
Pero si me dio tiempo de pensar en algo que viene desde hace mucho tiempo hurgando en mi memoria. ¿Por qué no separamos las fiestas religiosas de las profanas?. Sevilla celebra la Semana Santa y la Semana de Feria. Aracena, que está más cerca, sus Fiestas Patronales y su Feria. Aquí hubo un intento por los años cincuentas del siglo pasado, que otro día contaré con más tiempo y detalles. Fue la separación de la Fiesta del Cristo del Rosario y la Feria, pero eso merece capítulo aparte. Mientras tanto debemos pensar en un futuro, cada vez más cercano, en que la separación de la Iglesia y el Estado, sea tal, que cada uno apechugue con lo suyo. O sea, que la Iglesia la mantengamos los creyentes y el Estado lo mantengamos todos los ciudadanos. Y todos, quiere decir eso: Todos.