sábado, 31 de diciembre de 2016

ADIÓS 2016

Este año, que acaba dentro de tres horas, pasará a la historia, la de verdad, como al año en que España estuvo, durante diez meses, gobernada por un Gobierno en Funciones. Un Gobierno en Funciones que funcionó, funciona y espero que siga funcionando. 
No se si ha sido algo inaudito o pionero en el Mundo, pero si lo ha sido en España. Quizá por estas cosas somos diferentes. Ansiamos algo desesperadamente y cuando lo conseguimos no sabemos cómo utilizarlo.
La izquierda española se llevó cuarenta años luchando contra una dictadura, consecuencia de una larga, sangrienta y dura lucha fratricida y se sintió feliz y orgullosa de conseguir su sueño de un sistema democrático, que a través de una admirable Transición, nos trajo una Monarquía Parlamentaria y una Constitución aprobada por la gran mayoría de los españoles. Han pasado otros cuarenta años y da la impresión de que los españoles contamos las eras o periodos por cuarentenas. Y se ha querido cambiar el sistema saltándose las más elementales reglas del juego democrático. 
La primera y fundamental la aceptación de la voluntad del pueblo expresada a través del voto. La izquierda, la radical y la menos radical, los nacionalistas, los separatistas  hasta los considerados del centro, todos contra el Partido que ganó las elecciones del 20D. imposibilitando la formación del Gobierno y obligando a una nueva convocatoria de elecciones, para llegar a la misma situación aunque aumentando la mayoría del Partido ganador.
Por fin se llegó a la sensatez de lograr un Gobierno en minoría aceptando el mandato del electorado, que parece ser que los que, durante meses estuvieron  "en funciones", estén ya funcionando y bien. Y esperamos, como espera y desea el Presidente, que se pueda llegar normalmente hasta el final de la legislatura.
Rajoy ha demostrado claramente a los españoles y al Mundo, que es un político de primera categoría. Un político que ha sabido aguantar, hasta con acoso personal y físico, la misión que le dieron por dos vece sus votantes sin ceder un paso, con la tenacidad de quién cree en el respeto a las reglas del juego y contra las presiones de sus oponentes que pedían insistentemente su dimisión. En el sistema democrático, los que deben dimitir son los perdedores, nunca los ganadores. 
Nos espera una legislatura difícil y quizás también dura, que Rajoy sabrá campear con su claro sentido de la democracia y su plena disposición al diálogo, el consenso y a la negociación sobre todo aquello que afecte a la mayoría de los españoles. Los partidos más principales ya lo están viendo, aunque todavía hay radicales que lo que desean es romper España, sea como sea.
Que el nuevo año nos traiga paz, cordura, unidad, sentido nacional, salud y prosperidad y que sepamos anteponer el bien general por encima de nuestras ideas personales o partidistas. Y que todos juntos, unidos y sin reparos, podamos decir: ¡VIVA ESPAÑA!