Guzman El Buene en la defensa de Tarifa
PATRIOTA, en inglés PATRIOT, solo le falta la A, es según mi diccionario de Oxford, edición para los 1990s, "a person who is devoted to and ready to support or defend his or her country" Más o meno lo que dice el DRAE. "Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien".
Conviene aclarar que "support" en inglés no tiene el sentido de "soportar" que en español se puede tomar por "aguantar". No se trata de aguantar al país, sino de soportarlo, como los abuelos jubilados que ahora "soportan a sus nietos en el paro".
También conviene aclarar que el ser patriota no fue invento de Franco, aunque si es verdad que este promovió el patriotismo con aquello de "España, Una, Grande y Libre", que cantábamos ante la Cruz de los Caídos que estaba donde ahora está el busto de Sebastián Santos y que mi perro "Flecha", aprendió a corear con secos ladridos. Enseguida se le sacó la contrapartida con Una, si hubiera otra ya nos habríamos ido para allá. Grande, cabemos los españoles los turistas y los americanos. Y Libre, cada uno puede ser del Sevilla, del Betis o del Alcoyano. Humor negro español de los que no sienten el orgullo de serlo a pesar de que tenemos una historia gloriosa, llena de guerras, invasiones, conflictos, reconquistas, descubrimientos y el recuerdo de un imperio, "donde nunca se ponía el sol".
Desgraciadamente el sentido de la Patria se ha perdido y tengo que reconocer que los ingleses son más patriotas que nosotros y así lo demuestran en muchas cosas. Por ejemplo: Cuando llega la época de los tomates de Jersey o las fresas de Kent, prefieren estos productos antes que los de Canarias, Alicate o Lepe aunque sean más baratos. Los españoles, por lo contrario, vamos (yo no) a Gibraltar a comprar tabaco, whisky, chocolate, y otras mucha más cosas, para mantenerles un comercio, que según el Tratado no debería existir. Si España se hubiera apoderado de la isla de Wigth o de Lands End, en los tiempos de la Amada Invencible, vencida por los elementos, el boicot de los ingleses habría acabado con la soberanía y sus habitantes hubieran muerto de hambre.
El picarón de Picardo se cree un patriota a ultranza que quiere lo mejor para Gibraltar, pero se ha pasado tres pueblos. Algo así como La Línea, Algeciras y Tarifa, pero ha llegado a Madrid y no ha pensado las consecuencias que sus ilegales medidas han provocado que nuestro Gobierno, con la Ley en la mano y el Tratado en el bolsillo, puede causarle más daño que beneficio. ¿Cree que la U.E. puede tolerar un paraíso fiscal a sus puertas y permitirles la impunidad?. Hasta Suiza está dejando de ser un refugio de dinero oculto, negro o blanco, y eso lo sabe hasta el propio Bárcenas.
El picarón de Picardo puede ser. equivocado o cierto, un patriota que quiere lo mejor para la colonia. Pero lo que es incomprensible, inadmisible y a todas luces traicionero, es que los socialistas españoles, empezando por la alcaldesa de La Línea y con tal de ir contra el Gobierno del Partido Popular, critiquen las medidas que se están tomando y se pongan al lado de los llanitos. Treinta años ha tenido la Junta de Andalucía para negociar y tratar con los diversos Gobiernos de la colonia y llegar a acuerdos en beneficio de ambas partes. Pero no. Han preferido dejar otra envenenada herencia como las que dejaron González y Zapatero. Y todavía peor es que muchos andaluces no se han dado cuenta de ello.
Defensores del Alcárzar de Toledo