Acaba de terminar mi normal periodo de esa etapa diaria, típica de lo españoles, sobre todo los del sur, que se llama siesta. Ya he repetido varias veces, que los ingleses, poco interesado en aprender lenguas extranjeras, pero que tenían alguna relación con España por sus negocios, lo primero que aprendían eran tres típicas palabras de nuestra lengua: Mañana, Fiesta y Siesta.
Mi siesta, en mi butaca preferida frente al televisor, suele ser desde las cuatro y algo hasta las cinco y medias. Veo el final del telediario, sobre todo el "Tiempo", doy una corta cabezada y veo "Amar es para siempre", que termina a las cinco y media. Algunas veces tengo que soportar una de esas llamadas inoportunas de alguna chica, que trata de vender algo o hacer preguntas, más o menos indiscretas y que te tratan con tal familiaridad, enseguida te tutean, como si te conocieran de siempre.
Hoy ha sido una siesta atípica. Ni final de telediario, ni "Tiempo", ni cabezada, ni "Amar es para siempre", ni llamadas inoportunas. A las cuatro empezó el Debate de Investidura, que terminó precisamente a las cinco y veintisiete minutos. No he querido esperar a los comentarios de los líderes en sus ruedas de prensa, para no cabrearme más de lo que ya me tienen. Mañana a partir de las nueve tendré tiempo de oír sus comentarios, sus excusas para decir NO, sus mentiras para justificar lo que no tiene justificación y, al mismo tiempo, demostrar que no tienen la menor idea de lo que es la democracia. Y para, colmo también demostrar la falta de patriotismo, el nulo concepto de Estado, la falta de respeto a nuestra Constitución, el oído sordo al electorado, el rencor al Partido Popular y el encono visceral a Rajoy. España no cuenta. No les voy a cansar diciendo lo que ha dicho el candidato.
Ha dicho lo que tenía que decir, alto y claro. Y creo que la gran mayoría de los españoles estarían de acuerdo con su discurso y votarían a su favor. Pero eso tendría que ser en unas posibles y no deseadas terceras elecciones. Mañana solo votan los 350 Diputados y, de momento Rajoy solo cuenta con 170 votos y le faltan seis para poder ser investido. Tengo la completa seguridad de que en los demás partidos, habrá bastantes diputados de buena fe que también le votarían o al menos se abstendrían, con tal de permitir la formación del Gobierno que España necesita. Pero ¿quién es el guapo (o la guapa) que sería capaz de contradecir al líder de su partido?.
En nuestro actual sistema electoral de listas cerradas, el guapo o la guapa que rompiera la disciplina del voto, tendría sus días contados en política. El día, espero que no tarde demasiado, que se termine con las listas cerradas y los votantes puedan elegir libre y directamente a sus representantes, otro gallo cantaría. En el legendario sistema del Reino Unido, cada distrito elige a su diputado de tal forma, que este debe su puesto al electorado y no al Partido. Este pone el candidato de acuerdo con la agrupación local del partido en el distrito. Yo le he oído decir a un MP británico, "tengo que decir a mi electorado que no estoy de acuerdo con una decisión de mi partido". Y no le pasó nada. Volvió a presentarse y volvió a ganar.
Mañana a las nueve comienza el circo. Perdón, quiero decir la réplica de los otros candidatos. Como decía aquel periodista neoyorkino de Lola Flores, "No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierdan". Hay candidatos que no saben hablar, no saben pensar, no tienen experiencia, les trae sin cuidado los españoles, les importa un comino España. no tienen ni puta idea de lo que es la democracia...., pero si no tienen otra cosa más urgente que hacer, no se lo pierdan. Se convencerán de lo que les digo.
