El suplemento D7 del ABC de ayer trae una amplia información sobre el X Congreso del Partido Popular que se celebró en Sevilla los días 30 y 31 de marzo de 1990. Me ha traído a la memoria unas vivencias difícil de olvidar. Porque yo estaba allí. Como Presidente de la Gestora del P.P. en Gran Bretaña, fui compromisario nato desde el VI Congreso, que se celebró en Barcelona en enero del 84, hasta que me vine definitivamente a España el 1996. Después solo he asistido a dos Congresos más y ya en calidad de invitado.
Por supuesto no podía faltar al de mi Sevilla natal y acudí con otros compañeros de Londres y mi mujer, que siempre me ha acompañado. Para mi fue el mejor de todos. De allí salió un nuevo Presidente. Tengo que confirmar, que el primer párrafo del artículo, donde habla de la reunión de los "cuatro grandes" con Fraga en Perbes, es absolutamente cierta y además desmonta esa fama que siempre le han achacado a Fraga de autoritario e intransigente, ya que supo ceder a la opinión de los cuatro que abogaron por Aznar en contra de su candidata Isabel Tocino, Fraga creía que el P.P. necesitaba un canbio total y eso conllevaba también el ser presidido por primera vez por una mujer de la categoría de Isabel.
El primer día del Congreso, Fraga, como siempre había hecho anteriormente, nos invitó a almorzar a los que veníamos del extrajero. En el mismo Palacio de Congresos, para no perder mucho tiempo "porque había que trabajar". A mi, como otras veces por respeto a la venternía, me sentaron al lado de Fraga y, guardando el protocolo, a Pat la sentaron al lado de Aznar, a quién encontré un poco nervioso por lo que se le venía encima. Aquella misma tarde, por abrumadora mayoría, era elegido Presidente de un Partido Popular refundido.
Tuve tiempo durante el almuerzo de poner a Don Manuel al día de como iban las cosas en Londres y contestarle a todas las preguntas sobre los amigos que había dejado allí. Por cierto, regó toda la comida con jerez fino, por aquello de que estaba en Andalucía.
Por la noche, el dueño de una cadena de supermercados, cuyo nombre no quiero mencionar porque se que no le gustaría, nos invitó a una cena con cuadro flamenco que fue una gozada, sobre todo para Giovanny que vivía en Belgica, Tascón que vivía en Méjico y Azucena que vivía en Suiza.
A la mañana siguiente coincidí con Fraga en la Misa de 9,00 en la Iglesia de la Magdalena y estuve a su lado, le acompañé al Hotel Colón y desde allí nos fuimos a la clausura del Congreso.
Al salir de la Iglesia, por la puerta de atrás de la Sacristía, ya estaba lloviendo, una mañana fría y gris con pinta de durar todo el día.
De la Clausura, a destacar la famosa carta de dimisión sin fecha de Aznar, que Fraga rompió delante de todos y que ahora nos enteramos que la guarda Paco Alvarez Cascos como recuerdo de una gesta que no fue necesaria
Las consignas de Aznar, al final de su magnifico discurso las recuerdo casi al pie de la letra: No hay que tener miedo a la libertad" "Que no vengan diciendo que la alternancia es un peligro porque eso es la negación del sistema. Será peligrosa solo para los que están bien sentados y no quieren levantarse de las sillas que dentro de poco no van a ser suyas".
Cuando todo terminó y salimos, el sol brillaba como sabe hacerlo en Sevilla y todos pensamos que era un buen presagio.
De allí salió un Partido Popular centrado, con un panel de políticos jóvenes y entusiasmados que les llevó al poder, seis años más tarde, para darle a España el mejor Gobierno Democrático de todos los tiempos.