La Diada de ayer, Día Nacional de la Comunidad Autónoma de Cataluña, se ha convertido en una fiesta separatistas y se ha considerado como reivindicación de los derechos y libertades del pueblo catalán. Lo que muchos catalanes no saben, es que originalmente se conmemoraba la capitulación de Cataluña ante las tropas de Felipe V de Borbón en 1714, durante la Guerra de Sucesión contra el archiduque Carlos de Austría, que llevó a la abolición de las instituciones catalanas con el Decreto de Nueva Planta de 1716.
Deberían de saberlo para que no permitan que la historia se repita. Cataluña goza, como Comunidad Autónoma de mayor y mejores privilegios que cualquiera de las otras dieciséis, pero ellos, algunos, quieren más. Quieren ser independientes, cosa que nunca han sido, y están llegando a dar un verdadero golpe de estado contra un Gobierno democrático, que tiene la obligación de que una Constitución, aprobada por la gran mayoría de los españoles, se cumpla por todos.
Y digo, "no permitir que la historia se repita", porque es otro Borbón, Felipe VI, el actual Rey de todos los españoles, y su Gobierno, los que tienen la obligación, porque así lo han jurado, de acatar la Constitución y hacer que se cumpla. ¿Están los separatistas esperando que sea otro Rey Felipe y su Gobierno los que le obliguen a cumplirla?.
Por mucho que se empeñen en probar que todos los catalanes están dispuesto a saltarse a la torera las leyes y las sentencias judiciales y por tanto la Constitución, la Diada de ayer no ha reunido el número de asistentes a pesar de los activistas y anarquistas invitados del extranjero, que ha tenido otros años. Lo que no tengo muy claro es si al decir extranjero, se refieren a España o a los extranjeros de otros países.
Como siempre, la discrepancia de cifras es abismal. Desde 350,000 a más de millón y medio, tiene usted donde escoger. Dicen que es fácil llegar a la verdad, si multiplicamos el área de las calles ocupadas por los manifestantes por los dos o tres que caben en un metro cuadrado.
LA ESTELADA QUE PUEDE ESTRELLARSE
Me recuerda lo del paisano que iba en el tren y al pasar por un campo en el que pacían ovejas, dijo que había 63. Un compañero de viaje le pregunto cómo las había contado con tal rapidez y dijo que era muy fácil. El había contado las patas, 251 y al dividirlas por cuatro le daba el número de ovejas. Un listillo le dijo eso no cuadraba y el paisano le contestó, que si, porque una de las ovejas era coja. solo tenía tres patas.
Allá por los años cincuentas del siglo pasado, había en la Diputación de Huelva un funcionario que venía algunas veces por nuestro pueblo y era un verdadero superdotado en matemáticas. En una ocasión estábamos tomando una copa en "Casa del Pérez" con Felipe Brazo (padre), Felipe Fernández (el cojo) y Manolito (el de Celestina), cuando salió a relucir sus dotes mentales. Se derramaba sobre el mostrador el contenido de una caja de cerillas y solo con mirarlas y en pocos segundos, te decía cuantas había. Le leías un párrafo de un periódico y te decía las palabras que habías leído. Le decías la fecha de tu nacimiento y te decía qué día de la semana había sido. La mayoría de las veces acertaba, pero si erraba era por muy poco. Le pregunté un día cuantas letras tenía el "Todo por la Patria" de los cuarteles de la Guardia Civil y contestó: "Eso lo saben hasta los gitanos: quince". Lástima que no estuviera ayer en Barcelona, para sacarnos de dudas.
Millón y medio significa el 91% de los habitantes de la ciudad, catalanes separatistas, catalanes nacionalistas, catalanes españolistas , hombres, mujeres, niños y ancianos, andaluces, gallegos, valencianos, aragoneses y siga usted contando. ¿Se puede creer que todos estaban allí?. Los dirigentes rebeldes todavía tienen dieciocho días para rectificar. Deberían hacerlo por el bien de Cataluña.
ESTE RECORTE SI NOS GUSTA
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