Coloquial expresión que se está haciendo cada vez más frecuente al aplicarla a todos aquellos que se llevan algo, o mucho, de dinero más o menos público y que al cabo de los años algún juez sentencia que son inocentes, no hay pruebas suficientes o la causa ha prescrito. Pero las "rositas de quinientos euros no aparecen por ningún lado.
La noticia de hoy es que los diez imputados en el caso Mercasevilla se pueden ir tranquilamente de veraneo a Mazagón o al Caribe con la certeza de que no pasarán a la cárcel, ni tendrán que devolver los euros desaparecidos. Al cabo de ocho años de proceso, el Tribunal concluye que no hay pruebas y los absuelve. Muy eficiente debe ser el tribunal que tarda ocho años en descubrir que "no existen pruebas". O los jueces son ineptos o están ciegos.
Lo primero no me extraña puesto que en Andalucía estamos en los últimos puestos de educación, no solo en España, sino en toda Europa. Y estaremos peor, porque la Junta el pasar con suspensos y ha eximido a los alumnos andaluces de asistir a las clases que no tienen aire acondicionado. Precisamente en los últimos días del curso cuando deberían estar dedicados a los exámenes y no a las fiestecitas o viajes de fin de curso.
Lo segundo, lo de estar ciegos, también pudiera ser lo del refrán referido a otro órgano del cuerpo. No hay mejor sordo que el que no quiere oír Pero en este caso se le puede aplicar la leyenda de los tres monos del santuario de Toshogo en Tokugawua al norte de Tokio. Una tradición japonesa que data de la enseñanzas budistas de los años 700. Más o menos la época de la invasión musulmana. Esta leyenda se ha extendido hacia occidente y se ha convertido en la acomodada situación de "no meterse en líos" con el lema "ciego, sordo y mudo". Sobre la repisa de la chimenea de mi casa hay una estatuilla en madera, recuerdo de Tailandia y a la que le hago poco caso. Prefiero oír, ver y hablar. O escribir, como le estoy demostrando.
Cabría otra posibilidad. En ocho años sobra tiempo para ocultar o destruir o falsificar pruebas y fabricar otras como más convengan. Y esto además, tiene un perjuicio enorme para los procesados, sobre todo si son declarados inocentes. ¿Quien le restituye su reputación al cabo de años masacrados por los medios? ¿Quién va a creer que Fernando Mellet, ex director de Mercasevilla y sus nueve amigos son inocentes y no se han llevado un euro?. La falta de pruebas no prueban la inocencia ni la culpabilidad.
Pues todavía queda más que ver, aunque tengamos que esperar hasta el año que viene, ¿qué pasará con Chaves, Griñán y los demás imputados en el caso de los EREs?. Sin embargo los casos contra el Parido Popular parece que van más de prisa. ¿Diferente vara de medir?. Usted verá. Ya han declarado cuatro exministros del Gobierno de Aznar y estamos esperando la declaraciones, nada menos que del actual Presidente del Gobierno. Pero todavía no han sido llamados a declarar Felipe González ni Zapatero.
Con tantos partidos que quieren cambiar nuestra Constitución con las escusa de hacer una España republicana, federal, plurinacional, con derecho a la secesión y otras monsergas, me permito sugerir un pequeño cambio en el Articulo 14. Sería muy sencillo y nada costoso. Se trata simplemente de introducir la palabra "no" entre "los españoles" y "son iguales" y suprimir todo lo demás de dicho artículo, porque existe la discriminación entre los de derechas y los de izquierdas, entre blancos y negros, entre hombres y mujeres, gays y lesbianas, cristianos, ateos o musulmanes, y para colmo, entre andaluces, madrileños, catalanes o gallegos.
Según decia Don Manuel, "La ley, nos guste o no nos guste, está para cumplirla. Y si no sirve, debe haber una forma para cambiarla. Pero mientras se cambia, ahí está". Pues eso.
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