Mientras ayer veía en canal Sur el desfile de carruajes por las calles de Sevilla y en el magnífico escenario de la Real Maestranza de Caballería o Plaza de Toros, me vino a la memoria otra exhibición, cuyo nombre lleva este artículo. Tengo que reconocer que he asistido más veces a la de Windsor que a la de Sevilla. Cuando llegué al Reino Unido, ya existía la de Windsor, pero la de Sevilla solo era el paseo de carruajes de la Feria de Abril en el Prado de San Sebastián. Durante mis 34 años en aquel país, solo pude venir una vez a la Feria, creo que el segundo año que se celebraba la Exhibición de Enganches, que presenciamos en la Maestranza y que tanto a los niños, como a Patricia, les encantó. Desde que volví; el mes que viene hará ya veinte años, asistí varias veces con Patricia a la Maestranza, con el ritual de ir después al hotel de los toreros, con nombre de navegante, a comer o tomar una copa. Ya hace cinco años que dejamos de asistir, pero he seguido viéndolo en televisión, como ayer.
De la Exhibición de Sevilla, no tengo nada que añadir. Seguro que todos mis lectore la conocen igual o mejor que yo, por lo que me voy a limitar a contar algunos detalles de la de Windsor a la que asistía con bastante frecuencia. Entre otras cosas porque vivía muy cerca de Windsor. Algo así como de aquí a Aracena y a Patricia le encantaban los caballos y asistía todos los año, bien conmigo o con pacientes del hospital que siempre eran saludados por la Reina. Por cierto, que el marido de esta, el Duque de Edimburgo, a quien pueden ver más abajo compitiendo por última vez en el 2003, solía competir con frecuencia y recibir, en algunas ocasiones, trofeos de manos de su señora, después de hacerle la correspondiente reverencia a la Reina. Protocolo inglés, que aquí se arregla con un beso.
El Windsor Horse Show se inició en 1943, idea del Conde Robert Orssich y mister Geoffrey Cross con el fin de recaudar fondos para los necesitados debido a la guerra y su primera edición fue titulada Windsor Horses and Dogs Show, a la que asistió la familia Real en pleno, con el Rey George VI la Reina Elizabeth y las princesas Elizabeth y Margaret. Lo de "Dogs" solo duró el primer año, porque cuentan que un perro del Conde Orssich, cometió el sorprendente crimen de lesa majestad al robar un muslo de pollo del plato real. La segunda edición se limitó a los caballos que prefieren la cebada a los muslos de pollo.
Suele durar tres días y atrae caballos, carruajes, jinetes, cocheros y espectadores de todas las partes del mundo. El mes próximo se celebrara la 73 edición y se conmemorará el 90 cumpleaños de la Reina Elizabeth II, que también participa como propietaria de caballos de raza.
Iguales, pero diferentes, la de Abril de Sevilla y la de Mayo de Windsor, tienen excelentes escenarios para la exhibición de magníficos caballos, costosos y variados carruajes y expertos jinetes. Si Sevilla tiene la Giralda, el Guadalquivir y la Plaza de Toros como escenario, Windsor tiene el Castillo, el Támesis y el Long Walk. Paseo que va desde el Castillo a la estatua ecuestre del Rey George IV en la Snow Hill, que tiene casi tres millas (4,26 kilómetros, de ahí su nombre de Largo Paseo) en perfecta linea recta.
No creo que vuelva a ver en directo ninguna de las dos Exhibiciones, no me apetece asistir solo. Prefiero, como decía el poeta, "el recuerdo placentero en la triste soledad".
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