El argumento más empleado por Pedro Sánchez para justificar su negación a dialogar con Rajoy es la corrupción. Quizás el más duro ataque: "Usted no es decente".A lo que Rajoy, con bastante aplomo, tuvo que contestarle llamándole " Ruín, mezquino y deleznable", para no llamarle "el indecente es usted". Desde entonces Sánchez y todos los políticos de izquierda, se han concentrado en recordar la corrupción. Sistemáticamente a recordar "la paja en el ojo ajeno y olvidar la viga en el propio". Frase bíblica de San Mateo (7, 3-5) y San Lucas (6, 41) recogida por Cervantes en el "Quijote".
La corrupción viene desde el comienzo del hombre. La serpiente corrompió a Eva y ésta a Adán. Más tarde Judas se dejó corromper por treinta monedas y delató a Jesucristo. Hasta Quevedo reconoció que "Poderoso caballero es don Dinero". Nada de esto justifica la corrupción, pero Sánchez no debería hablar de corrupción, olvidando la de su propio partido.
Existe un informe del Fiscal General de Estado, durante dos mandatos hasta diciembre del 2011, Cándido Conde-Pumpido, que inició casos tan importantes y relevantes como el Malaya, Palau,
Ballena Blanca, Gürtel, Brugal y algunos más. Informe que es necesario conocer, para poder juzgar a los partidos envueltos en corrupción, con algo de conocimiento de causa.
Habla el informe de 730 casos, de los cuales 264 afectan el PSOE y 200 al PP. Ninguno de los dos partidos pueden sentirse orgulloso de "y tu, más", aunque una diferencia de 64 es algo significativa. Y más, teniendo en cuenta que el Partido Popular tiene 862,000 afiliados y el Partido Socialista unos 201,000. Menos de la cuarta parte, por lo que en proporción, en el Partido Socialista afecta al 0,0013% de sus afiliados y en el Partido Popular al 0,0002% de los suyos. Ninguno puede estar orgulloso de la situación, pero no es, ni mucho menos, razón para que Sánchez tenga autoridad para acusar a Rajoy.
Más todavía, y para eso hay que tener mucha cara y muy dura, cuando en los cuatro años de legislatura del Partido Popular se han aprobado más de setenta, leyes, normativas y medidas contra la corrupción a las que el Partido Socialista ha votado en contra.
Pero hay más. El informe del ex Fiscal General del Estado, señala al resto de los casos que afectan a otros partidos, menos relevantes, pero que conviene mencionar: Coalición Canaria 43 casos, CiU 30, PA 24, IU 20, GIL 17, UM 7, ERC 5, BNG 3 y PNV 3. No tengo idea de cuantos afiliados tienen o tenían estos partidos, ni de las cantidades envueltas en cada caso, pero si podemos comparar los millones de los EREs andaluces, que era dinero para los parados, con los millones de Bárcenas, que eran del propio partido. De cualquier manera, la corrupción es una lacra de la que nadie está libre, políticos o no políticos, contra la que hay que luchar con la ley en la mano y la condición de devolver lo robado con los correspondientes intereses. Junto a la unidad de España, la recuperación económica, la creación de empleo, la lucha contra el terrorismo, la reforma de las instituciones y la independencia de la justicia, deberían unirse los principales partidos, añadiendo la financiación de los partidos, para acabar de una vez para siempre con la corrupción de los mismos.
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