Ayer comenzó la XI Legislatura desde que el sistema democrático (el sistema político menos malo, según Winston Churchill) se inició en 1975. Por si no lo recuerda, fueron las siguientes: I Adolfo Suárez, II Leopoldo Calvo Sotelo, III, IV y V Felipe González, VI y VII, José María Aznar, VIII y IX José Luis Rodríguez Zapatero y X Mariano Rajoy. Esperamos que esta vuelva a repetir por el bien de España. Es evidente que en solo cuatro años, que debe durar la legislatura, no hay tiempo para desarrollar los programas electorales, pero más de ocho años, parece que es demasiado. y ya hay voces para que se limite el mandato de los presidentes a un máximo de dos Legislaturas. Hasta ahora, solo Felipe González ha superado la marca.
Recuerdo una entrevista de un periodista americano a Franco, que leí en The Daily Telegraph de Londres, en la que a la pregunta de qué pasaría en España a su muerte, Franco respondió que "Todo está atado y bien atado, para que haya una monarquía parlamentaria, que de paso a una democracia. El primer gobierno será de centro derecha y el segundo de izquierda". El entrevistador preguntó por el tercer gobierno y la contundente repuesta fue: "Hasta ahí no llego, pero depende de cómo lo hagan".
González no lo hizo mal, hasta que empezaron a surgir los casos de corrupción, los Gal y volvió el centro derecha con Aznar que duró hasta que los terroristas del 11M, dieron un vuelco a la opinión de los votantes (bien manipulados por el Partido Socialista) y el poder volvió a la izquierda, más escorada a babor, de Zapatero. Lo demás ya lo saben hasta los niños de doce años.
Pero parece que los mayores lo han olvidado y pretenden que gobiernen lo perdedores apoyados por la izquierda más radical de podemistas, nacionalistas, separatistas y proterroristas. Por supuesto Franco no esperaba esto. Y tengo que confesar, que yo tampoco.
Ayer la sesión del Parlamento fue un verdadero circo montado por los nuevos diputados de Podemos. Vamos, que si Don Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones, viviera, volvería a repetir su famosa frase de: Joé, ¡qué tropa!. Hubo de todo empezando por la concentración de podemistas a la entrada del Congreso para salir en la foto, las lágrimas de emoción (o de cocodrilo) de El Coleta, hasta la "presentación en política" del bebé de la señora Bescansa, a quién su abnegada madre amamantó en el hemiciclo. Sería para que vaya aprendiendo a "chupar del bote".
Patxi López, el nuevo Presidente del Congreso, elegido por consenso entre el PP, PSOE y Cs, no lo va a tener fácil ni mucho menos. Gobierne quién gobierne, con Podemos y sus aliados, en la oposición o en el gobierno, (Santa Rita, no lo permitas), la Legislatura XI, va a ser movidita, díscola, difícil y posiblemente, no muy larga. Ya vimos ayer, cómo los nuevos se saltan todas la normas, leyes o costumbres habituales, en cosas tan elementales como vestimenta, modales y fórmulas de promesa. No creo que ninguno "jurara" lealtad al Rey o acatar la Constitución, a menos que no fuera para cambiarla como dijo El Coleta: "Prometo acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla.", para añadir en lenguaje de signos, "un país con su gente". y terminar con el puño izquierdo en alto. ¿Qué dirían si un diputado de derechas (Falange Española podría estar representada en el Parlamento) levantara el brazo derecho y dijera ¡Arriba España!?.
Ya había dado la nota en el Parlamente Europeo, donde es su toma de posesión dijo: "Prometo acatar la Constitución hasta que los ciudadanos de mi país la cambien para recuperar la soberanía y los derechos sociales".
Es una lástima, pero El Coleta y sus secuace no tienen la menor idea de quién devolvió la soberanía al pueblo español después de la dictadura o introdujo los derechos sociales durante ella.
Como muestra, vean la cara de sorpresa de Rajoy al ver al diputado de Podemos por Santa Cruz de Tenerife, sindicalista, rebelde y activista, Alberto Rodriguez dirigiéndose a votar muy orgulloso de haber estado detenido algunas veces.
Como muestra, vean la cara de sorpresa de Rajoy al ver al diputado de Podemos por Santa Cruz de Tenerife, sindicalista, rebelde y activista, Alberto Rodriguez dirigiéndose a votar muy orgulloso de haber estado detenido algunas veces.
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