No me refiero a la Coca-Cola, que sustituyó a la zarzaparrilla hace ya muchos años, ni al Seven-up, que sustituyó al refresco de limón hace menos años. Ni tampoco al socorrido tinto de verano o a la palomita de Marte Santo con agua fresca de la fuente de El Señor.
Me refiero al refresco que me estoy tomando desde las elecciones municipales, por mi promesa de darles a los nuevos socialistas los cien días de gracia, para ver si les tengo que aplaudir o criticar. Hace demasiado calor para, encima sofocarse. Ya han pasado 71 días, desde el 24M. Así que habrá que esperar hasta el 1 de Septiembre, que se cumple el plazo o hasta el 16, si contamos desde la constitución del Ayuntamiento. Mejor esperar que pase la Feria y Fiestas del Cristo.
Estos calores me recuerdan los veranos ingleses cuando la temperatura no subía de los 30º. Cuando llegaba a los 28º, ya empezaban a morirse mucha gente que padecía de problemas respiratorios. Yo me venía con mi familia a pasar el mes de Agosto al sur de España, para acumular calorías y poder aguantar el invierno.
Hoy veo en ABC la foto, que ya han visto arriba, de la Reina Isabel II. hecha por el fotógrafo Hugo Thomas al estilo de los cuadros de Van Dyck (no confundir con Hugh Thomas, que es escritor, hispanista y escribió la obra mejor informada sobre la Guerra Civil Española).
Anthony Van Dyck pintó al Rey Carlos I de Inglaterra en tres figuras. de frente, perfil derecho y perfil izquierdo usando una combinación de espejos. El fotógrafo ha fotografiado a la Reina también de espaldas, o sea se ven cuatro cabezas. Carlos I perdió la suya cuando Oliver Cromwell proclamó la República y mandó decapitarlo. A diferencia, Isabel II lleva ya 62 años de reinado de sus 89 de vida y está a punto de batir el récord de la Reina Victoria.
Patricia tuvo ocasión de saludarla en dos ocasiones, una en el Castillo de Windsor, acompañando a unos pacientes del Hospital de San Marcos y otra en una visita de la Reina al Hospital. Pero Patricia siempre recordaba cuando saludamos a la Reina Sofia en la Embajada de Londres y la diferencia de trato entre las dos. Pero eso lo contaré en otra ocasión.
Esperábamos tener otra oportunidad en una cena de gala en Maidenhead a la que asistimos invitados por nuestro buen amigo John Hill, que consiguió una mesa junto a la principal. Nos quedamos con las ganas, porque solo llegó su marido, el Príncipe Felipe, excusándola por haber cogido "un resfriado de caballo". Su marido es más campechano y simpático (también tiene fama de bebedor y mujeriego) y después del ritual del Brindis por la Reina, nos obsequió con un ameno discursos, al contrario de los de la Soberana que siempre eran ceremoniosos, secos y estirados. Su marido hasta dejó escapar un par de tacos (ingleses), para hacer réir a los comensales.
El Ritual del Brindis por la Reina, es una tradición antiquísima que consiste, en todas las comidas de gala, en brindar por el Rey o Reina antes de servir el café, para que los "gentelmen" pudieran encender el consabido puro, acompañando al café y el coñac. Estaba terminantemente prohibido fumar antes del brindis.
No se si continúa esa tradición, porque ahora no se fuma el lugares públicos, aunque, siendo una norma europea y conociendo a los ingleses, a lo mejor no les hacen caso. Como el caso que les hacían los españoles, en las comidas de la Cámara de Comercio Española de Londres, cuando hubo que cambiar el ritual, (Por la Reina y el Jefe del Estado Español ) para después del primer plato, ya que lo españoles encendía un cigarrillo para esperar al segundo. Tipically spanish.
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