No se trata de otra competición internacional de fútbol, que ya anoche disfrutamos de una, con la victoria del Sevilla contra el Fiorentina con un amplio 3-0 que abre camino para la posible cuarta copa.
Se trata simplemente de las elecciones de ayer en el Reino Unido de Gran Bretaña y Norte de Irlanda, que es como se llama ese País que conocemos por Inglaterra, que es solo la parte de mayor extensión y que da nombre al idioma común.
Esta mañana nos enteramos que han ganado los Conservadores que estaban gobernando. O sea, la derecha de David Cameron, que seguirá viviendo en Nº 10 Dowing Street. Si hubiera perdido, ya estaría almorzando en su casa particular y el ganador deshaciendo el equipaje en la residencia de Premier. También podría estar escribiendo la carta de dimisión, como ha dicho Ed Milliband, líder de los Laboristas que haría hoy después de perder 26 escaños.
Nick Clegg, lider de los Liberales, también ha anunciado que dimite, al ver reducidos sus escaños de 57 a solo 8. Nigel Farage, líder de UKIP, también dimite al haber perdido en su propia demarcación y no haber conseguido ningún escaño. Aquí no dimite nadie ya se acuerdan de aquello de: " En el camino del Pardo/ hay una ermita/ con un letrero que dice/ maricón el que dimita". Los ex de Andalucía, socialistas de la Memoria Histórica, no dimiten. El subidón lo ha conseguido el SNP (Scotish Nacionalist Party) que ha pasado de 6 escaños a 56.
Cameron verá hoy a la Reina Elizabeth que le pedirá que forme Gobierno, este nombrará los Ministros y el Lunes todos a trabajar como si nada hubiera pasado.
Está claro que nos ganan en eficacia. Si fuera fútbol sería una aplastante derrota, con dimisión del entrenador incluida, pero como España is different, no pasa nada. Bueno si pasa, que en Andalucía llevamos meses sin gobierno. Ya decía ayer Antonio Burgos, que es igual, porque ni Chaves ni Griñán hacían nada (ni se enteraban de nada) y Susana lleva meses haciendo lo mismo. Nada.
De los resultados del Reino Unido deberíamos aprender para las elecciones generales. Las de dentro de quince días es otra cosa. En las municipales, los votante conocen al alcalde y saben el que vale. En la autonómicas también. Pero en las generales debemos mirar un poco más alto y hacer, como han hecho los británico, aumentar la mayoría al Partido que los está sacando de la crisis y darle la
oportunidad de continuar con su programa de recuperación, al menos por otros cuatro años. Luego ya veremos.
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