Hugh Thomas en su "The Spanish Civil War", publicada en 1961 da esa cifra como posiblemente cierta, aunque matiza que no todos fueron víctimas de la propia lucha, sino también de ejecuciones durante y después de la guerra y de la consiguientes enfermedades y epidemias que tres años de lucha produjeron.
José María Gironella en su "Un Millón de Muertos", segunda novela de su tetralogía sobre la guerra publicada también en 1961, también acepta la cifra como referencia de la fratricida lucha.
El propio Franco también mencionó la cifra como ejemplo de lo que nunca más debería ocurrir entre lo españoles.
Sea cual sea la cifra verdadera, fue lo suficiente elevada para que la recordemos y nos da motivos para citar algunas cifras ciertas y comprobadas aunque sea como simple ejemplo, pero que prueban las barbarie cometidas por ambos bandos.
Hace unos días tuve ocasión de ver en You Tube, la película "Raza". Un buen amigo desde mis primeros años en el Reino Unido y que ya jubilado volvió a su Valencia natal, me envió el enlace y me hizo volver a los años cuarentas en que se proyectó en todo los cines de España. Para los que no lo sepan, cabe decir que el guion lo escribió el propio Franco bajo el seudónimo de Luis de Armiñán y nos cuenta la historia de la familia Churruca, cuyo padre, capitán de navíos, muere heroicamente en Cuba dejando tres hijos y una hija a quienes coge de lleno la guerra civil. De los tres hermanos, uno es diputado republicano, otro es militar, que fusilado por los rojos consigue sobrevivir y pasar al bando nacional y el tercero es religioso, fusilado por milicianos en una playa de Cataluña, después de saquear el convento. Posiblemente sería uno de los 522 mártires beatificados recientemente por la Iglesia que corrieron la mima suerte.
Pues ya tenemos una cifra cierta y existen muchas más como las que Ian Gibson, que no es precisamente de derechas, nos da en su libro "Paracuellos. cómo fue", publicado en español en 1983 y que se define "como una visión imparcial de los hechos". Gibson estima que entre 10,000 a 12,000 prisioneros civiles fueron ejecutados en Paracuellos del Jarama en noviembre de 1936. Publica varias listas de presos con fecha, nombres y apellidos que suman 3,494, otras de 68 religiosos da las cárceles Modelo y San Antón, otras entre el 7 y 8 de noviembre, salidos de la cárcel Modelo, con la autorización de Santiago Carrillo con 968 y una suplementaria de 203. También habla del total de los que salieron de Madrid a Paracuellos, unos 5,300 y otros 2,750 no identificados. En total 12,580, que sobrepasa la estimación inicial, pero es posible que algunas de las cifres estén duplicadas. Debe saberse que el crimen que cometieron los ejecutados fue ser de derechas y que entre ellos estaban los escritores Pedro Muñoz Seca y Ramiro de Maeztu, de los que no se habla, porque se le ha dado más importancia al asesinato de García Lorca y a la muerte en la cárcel de Miguel Hernández.
Pero es que las cifras se barajan según conviene. Decía mi amigo Gracián que las matemáticas eran exactas, pero las cifras podían manipularse. Vamos que dos y dos eran cuatro pero también lo eran seis menos dos.
Pasó en Guernica, cuando en el bombardeo del 26 de abril de 1937. Se dijo que habían muerto entre 1,600 y 5,000 civiles, luego se habló de 1645 , más tarde de 120 a 300 y recientemente se ha dejado solo en 126. Pero sin embargo se le ha dado una importancia tremenda como masacre innecesaria y asesinatos del franquismo. Nadie recuerda que fueron la bombas de aviones alemanes e italiano y que en Guernica había tres fábricas de bombas, una de ellas de aviación, que suministraban al ejercito rojo.
¿Qué fue eso comparado con la muerte de entre 22,700 y 35,000 víctimas del bombardeo de aviones americanos e ingleses en la ciudad alemana de Dresden entre el 13 y el 15 de febrero de 1945? Y peor todavía. Las do bombas atómicas de lo americanos el 6 de
agosto del mismo año que causó la muerte instantánea y alargada de 140,000 víctimas en Hiroshima y 80,000 en Nagasaki.
De estos dos horrores no se ha dicho tanto como se ha dicho de Guernica. Posiblemente la razón es porque Picasso no pintó más que el horrorde Guernica.
Con la Memoria Histórica de Zapatero se han vuelto a revisar cifras, sobre todos en las llamadas fosas comunes, que no conozco en su totalidad, pero si las cifras de mi pueblo publicadas en la página web de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales de la Junta de Andalucía y la Dirección General de Memoria Democrática.
Se dice que el 22 de julio del 36 asesinaron a Antonio Sánchez Hiraldo, concejal y propietario (de derechas), el 10 de agosto a seis guardias civiles en el asalto al cuartel, dos días después al coronel retirado Marcos Decht.
El 15 de agosto entraron las tropas nacionales y salvaron a los 23 prisioneros que esperaban ser quemados dentro de la ermita de San Antonio. Pero uno de ello murió por "fuego amigo" al intentar salir y sentirse liberado. También murió una mujer y su hija al intentar huir de una bomba que explotaron los rojos en una casa del mismo barrio. Resumen las víctimas en 11 de derechas y 29 de izquierdas y aclara que podrían ser más. Lo que no aclara es si los muertos eran soldados de ambos lados o contando el total de civiles y militares. Me supongo que se cuentan todos, ya que los 11 de la derecha pueden ser: 1 coronel, 6 guardias civiles, 1 concejal, 1 prisionero, la madre y la hija y ningún soldado del ejercito nacional.
La 29 víctimas de la izquierda coincide con el número de enterrados en la fosa común del cementerio y de ellas hay 15 de Zufre, casi toda mujeres, 1 de la Granada de Rio Tinto y 13 de Higuera. De ellos no he reconocido más que tres nombres y, cosa curiosa, de uno de ellos se que en septiembre del 1939, (cinco meses después de terminada la guerra) todavía vivía, murió mas tarde por propia voluntad y está enterrado en un nicho. Otro fue el padre de una chica de la que estuve enamorado en mi juventud. Ni a ella ni a su familia le oí nunca hablar o quejare de la muerte del padre y no creo que a estas alturas, la publicación del nombre y la circunstancias de la muerte le vaya a gustar.
Y no sería la primera. Ya tenemos la experiencia del hijo de uno que estuvo en la cárcel como prisionero de guerra y volvió al pueblo, como otros muchos, a vivir y morir tranquilamente con su familia, que tuvo un disgusto con el alcalde socialista que publicó la lista de los "represaliados de la guerra civil", la mayoría de ellos prisioneros de guerra que cumplieron su condena pero que ninguno fue ajusticiado.
El la Transición se acordó, por todos los partidos políticos, el pasar página, Felipe González renunció al marxismo, pero llegó Zapatero y destapó la caja de los truenos con su Memoria Histórica para volver al pasado dividiendo a los españoles en buenos y malos
Los alemanes y los ingleses, a pesar de Dresden, son ahora amigos y socios en la Unión Europa. Los japoneses, a pesar de Hiroshima y Nagasaki, son también amigos. ¿Por qué los españoles no podemos estar unido trabajando por una España en paz? Una de las víctimas de la Guerra, que ahora quieren sacar de su tumba en el Valle de los caídos fue condenado a muerte por luchar bajo el lema "Por la Patria, el Pan y la Justicia".
<
No hay comentarios:
Publicar un comentario