Esperanza Aguirre y Gil de Biedman, Condesa consorte de Murillo y Grande de España, es una política militante del Partido Popular... Así comienza su biografía en Wikipedia que todos pueden leer con detenimiento para conocer a una de las emblemáticas mujeres que militan en el ahora Partido Popular y que comenzaron sus carreras en AP o en otros partidos de la Alianza Popular.
Creo que es una gran pérdida para el Partido, para los madrileños y para los españoles, que perdemos la oportunidad de tenerla como posible candidata a la presidencia del Gobierno de España. Muchos creemos que podría ser una posible sucesora de Rajoy, como la primera mujer Presidenta del Gobierno. En esto, como en muchas cosas más, seguimos algo atrasados respecto a otros países democráticos. Ya tenemos ejemplos en el Reino Unido, Pakistán, Alemania, Argentina o Brasil. ¿Porqué no en España?. Ya hubo un intento, promovido por Don Manuel Fraga, de nombrar presidenta del Partido Popular a Isabel Tocino. En una reunión de los barones del PP, un fin de semana en Perbes, Don Manuel, entonces Presidente, propuso como su sucesora la que entonces era la más significada del Partido, Isabel Tocino. Sin embargo los asistentes a la reunión, Federico Trillo, Rodrigo Rato, Juan José Lucas y Francisco Álvarez Cascos propusieron a José María Aznar. Don Manuel, supongo que después de larga discusión, aceptó la mayoría y pasó el bastón de mando a Aznar en el Congreso de Sevilla en 1992. Fue un buen Presidente del partido y cuatro años más tarde se convirtió en el mejor Presidente que hasta ahora ha tenido España.
¿Hubiera sido Isabel Tocino igual o mejor?. Nunca lo sabremos.
Lo que yo si se, es que en mi partido todavía existe en muchas mentes un aire de superioridad de los hombres sobre la mujeres. Algo así como en la fiesta nocional, donde en muy difícil que las mujeres triunfen sobre los hombres. (Véase por ejemplo en caso de Cristina Sánchez). Prueba de lo que digo es que en una reunión de la Junta Directiva Nacional, siendo ya Aznar Presidente del Partido, saludé a Isabel Tocino, como la había saludado siempre y me senté a su lado. Al salir de la reunión, se me acercó uno, cuyo nombre no quiero recordar, a preguntarme si yo tenía mucha amistad con Isabel, para que tuviera cuidado porque estaba de capa caída en el partido. Mi contestación fue rápida: "Más amistad que contigo a quién acabo de conocer y si es así, se merece el apoyo y no el rechazo. Buenas tardes.", Y es que todas partes hay envidiosos y con mala leche. A pesar de aquella opinión, Isabel fue la primera mujer Ministra del Medio Ambiente con el gobierno de Aznar y retirada después de la vida política pasó a ocupar diferentes cargos en el sector privado. El el 2008 fue nombrada Consejera de Estado, escribió un libro sobre la enfermedad celiaca de su hija y entró a formar parte del Consejo de Administración del Banco Santander. No le hacía falta la política, pero a ella le dedicó los mejores años de su vida.
Esperanza Aguirre es otro ejemplo de una mujer dedicada a los demás. Como ella misma ha dicho, treinta años en política son muchos años, sobre todo para una mujer, que en eso, posee una clara desventaja con el hombre. La mujer es, sobre todo y por este orden, hija, esposa, madre y abuela. Si encima de todo esto es política, significa un esfuerzo durísimo de llevar y difícil de conservar hasta el final. En Esperanza Aguirre se ha añadido también la enfermedad de la que "está presuntamente curada", pero que si físicamente es así, y Dios lo quiera, psíquicamente quedan secuelas difíciles de superar.
Tuve ocasión de hablar con ella por primera vez en el VIII Congreso de Alianza Popular en Madrid en el año 1987, del que salió elegido como Presidente Antonio Hernández Mancha. Por primera vez los treinta vocales del Comité Ejecutivo se iban a votar en listas abiertas.
Cuando empecé a poner cruces al lado de los candidatos que yo conocía, bien personalmente o por su trayectoria en el partido, me quedé corto y pensé que sería buena idea dar una oportunidad a las mujeres candidatas. Así lo hice y voté a todas las que aparecían en la lista. Al salir de la votación me encontré con un grupo de mujeres que charlaban animadamente. Me acerqué a ellas y les dije que acababa de votarlas a todas. Me dieron las gracias menos una, que con mucha simpatía me dijo: "Apuesto que a mi no me has votado". Le pregunté su nombre y me dijo que era Loyola de Palacio y que los que no la conocían tomaban su nombre como el de un hombre. Le tuve que reconocer que efectivamente, habiendo estudiado con los jesuitas, el nombre me había sonado a Ignacio de Loyola de Palacio. al que le hubieran quitado el "Ignacio". Con este motivo y al saber que yo era entonces presidente de la Gestora en el Reino Unido, departimos durante un rato y allí conocí a Esperanza. Una mujer joven de treinta y cinco años, rubia, atractiva y simpática que ya destacaba en el partido.
Una mujer valiente e incombustible que salió ilesa de un accidente y de una ataque terrorista. El primero con Rajoy en el helicóptero que despegó de la plaza de toros de Móstoles y cayó, pocos segundos después, cerca de la puerta grande, Vamos, como los buenos toreros. El segundo, un ataque terrorista cuando se encontraba en el hall del hotel Oberoi de Bombay, tomado por un grupo de terroristas con disparos y granadas. Pudo escapar al aeropuerto y llegó a Madrid con calcetines de la aerolínea y zapatos prestados. Últimamente ha llegado a decir: "Me he salvado en tierra y aire y no pienso coger un barco"
Gracias Esperanza, por todo lo que has hecho por nuestro Partido, por los madrileños y por España y por la lección que nos has dado de expresar tus opiniones sin tapujos, con lealtad y con sinceridad. Que Dios te de muchos años de vida para disfrutar felizmente de tu familia.
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