Así se llama una magnífica película, coproducción estadounidense-japonesa del año 1970, cuyo argumento era el ataque por sorpresa de la Armada Imperial Japonesa a la base americana de Pearl Harbor en Hawái en 1941. Tora en japonés significa "Tigre", y era la clave que utilizaron los japoneses para indicar el éxito del primer ataque, animando a los ataques que siguieron. La destrucción de barcos, aviones y vidas fue algo horroroso y motivo para que los americanos respondieran con el bombardeo atómico sobre Nagasaki y Hiroshima, que obligó a los japoneses a rendirse. La destrucción, las pérdidas de vidas humanas y las secuelas en los supervivientes fueron algo horrible e imposible de olvidar.
Yo vi el estreno en Londres, invitado por uno de los guionistas, el escocés Larry Forrester, casado con una inglesa de origen español, con los que tuvimos buena amistad cuando vivíamos vecinos en Bray. Mi mujer y la suya entablaron muy buena amistad y tenemos muy buenos recuerdos de reuniones con algunos artistas de cine. Larry era muy simpático y como buen escocés le encantaba el whisky. Estuvo en el bautizo de mi hijo y allí conoció a mi madres a la que le cayó muy bien. Ese mismo año nos invitaron al Hogmanay de 1966, esto es, a la fiesta de entrada del año. Yo intenté eludir la asistencia, porque nuestro hijo Rafael solo tenía cuatro meses y yo trabajaba en el Waterside Inn, que también tenía fiesta de fin de año. Larry encontró la solución. Mi mujer llevó al niño en la cesta y lo dejó sobre la cama del matrimonio y yo llegaría algo después de las 12 de la noche, hora en que cerraba el restaurante, inmediatamente después de las campanadas. Me las arreglé para llegar a la fiesta antes de las doce y nedia y Larry me abrió la puerta elegantemente vestido con el típico traje escocés con su correspondiente falda, y una vaso de whisky en la mano. Aquello estaba muy animado y pasamos muy buen rato hasta casi la salida del sol. Lo bueno del caso es que pocos días después encontré a Larry en un centro comercial y me dijo, algo enfadado, que parecía mentira que enviara a mi mujer a la fiesta y yo no acudiera. Me dí cuenta de que a las doce de la noche ya estaba de whisky hasta el tope y no recordaba nada. Tuvimos que recabar el testimonio de su mujer, para que se convenciera de que yo no había faltado a la cita. Dos o tres años más tarde le ofrecieron un contrato en Holywood y allí murió años después. La viuda volvió a Inglaterra y allí perdimos el contacto por la distancia en que vivíamos. Todavía los recordamos con cariño-
Ayer le oí al presidente Obama hablar en televisión sobre la tragedia de Japón y llamar a los japoneses "nuestros amigos y aliados". Me di cuenta de que los americanos habían olvidado el horror y los muertos de Pearl Harbor como los japoneses han olvidado la destrucción y los muertos de sus dos ciudades. Y me pregunto,¿no somos los españoles capaces de olvidar los horrores y los muertos de nuestra guerra civil? ¿No somos capaces de perdonar, aunque no olvidemos?. Spain is different.
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