"¡Yn olaf!", dijo mi mujer cuando se enteró de que el día cinco a las doce y media, se inauguraba el esperado Museo de la Cabalgata. Y es que mi mujer, que nació en el País de Gales, utiliza el galés para expresiones como esta que significa "Por fin." El tan reclamado y esperado Museo se abría por fin al público que empezaba a llegar para presenciar la Cabalgata que saldría horas mas tarde. La idea del Museo venía de muchos años atrás. Posiblemente nacería de Domingo Fal Conde, fundador y alma de la Cabalgata hasta su muerte, mantenida por la Asociación y en el ánimo de muchos higuerenses que querían mantener el espíritu de la Cabalgata los 365 días del año y no solamente los días cercanos al cinco de enero.
Yo me sumé a la idea cuando volví del Reino Unido en 1996. Y le tomé mucho más interés cuando comprobé la cantidad de autobuses y coches de turistas y visitantes, que venían durante la semana y los fines de semana, principalmente a Aracena y Alajar, y pasaban por Higuera sin parar. Pregunté a muchos conductores de autobuses y la contestación siempre era la misma: "Tenemos tiempo para parar en Higuera, pero no hay nada que ver." Entonces presenté un escrito al Alcalde con un plan de atracciones turísticas que diera nombre, vida y trabajo a nuestro pueblo. Incluía Rutas a Caballo, subidas a la Sierra, Centro Artesanal y varios museos, Cabalgata, Taurino, Pintura y Escultura y Corcho. Desgraciadamente creo que el proyecto fue a la papelera.
En el año 1999 me presenté como candidato a la alcaldía por el Partido Popular. No conseguí votos suficiente y quedé como portavoz del grupo de la oposición. Pensé que podría hacer algo por mi pueblo y no me dejaron. De las más de cien propuestas, iniciativas, mociones y proyectos no se aprobó ni uno. Algunos, quitar el quiosco de la Plaza, eliminar las barreras arquitectónicas del mercado o desdoblar la entrada al pueblo por la Fontanilla, se hicieron años más tarde cuando
En el año 1999 me presenté como candidato a la alcaldía por el Partido Popular. No conseguí votos suficiente y quedé como portavoz del grupo de la oposición. Pensé que podría hacer algo por mi pueblo y no me dejaron. De las más de cien propuestas, iniciativas, mociones y proyectos no se aprobó ni uno. Algunos, quitar el quiosco de la Plaza, eliminar las barreras arquitectónicas del mercado o desdoblar la entrada al pueblo por la Fontanilla, se hicieron años más tarde cuando
ya había cumplido mis cuatro años de mandado. Curiosamente, antes de algunas elecciones y como logros del grupo socialista. Pero de Museos, nada de nada.
Ha tenido que haber un cambio a un grupo independiente, para que florezcan ideas nuevas y antiguas, deseos y anhelos del pueblo, iniciativas hacia la atracción del turismo y sentido de la responsabilidad, para que, por fin, tengamos el Museo de la Cabalgata. Un Museo que es la admiración de vecinos y visitantes, por su belleza, buen gusto, excelentes recuerdos, artístico diseño y magnífica exposición de lo que es la Cabalgata y todo su entorno. Todo un éxito.
Espero que, a pesar de la crisis, tengamos más iniciativas y podamos devolver a Higuera la popularidad y prosperidad que se merece.
Desde aquí, mi más sincera y cordial enhorabuena y todos lo que han contribuido a hacer realidad el sueño de muchos higuerenses tanto niños como mayores.
Otra muestra de arte en Higuera. La Bienal de Imaginería
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