Mis dos hijos se han educad0 en el Reino Unido. Mis cinco nietos se están educando actualmente, cuatro en Inglaterra y uno en España. Todos en escuelas públicas del Estado. El mayor de todos en estudios universitarios, el segundo empezará en la universidad dentro de tres meses, el tercero todavía en colegio y los dos más pequeños en primaria, uno de ellos en España.
No voy a comparar la educación inglesa con la española, porque ya lo hacen las estadísticas, y sobre todo, no voy a comparar con Andalucía, porque según las estadísticas, estamos a la cola de la educación en España. Y no todo es culpa del Gobierno que todavía no se ha puesto de acuerdo con el resto de los partidos para una ley de educación de calidad. (Se aprobó una con Aznar y Zapatero la derogó). Tampoco hay que echarle la culpa a los maestros, que en general, son profesionales dedicados a su cometido. Tampoco a los padres que abandonan la ayuda a sus hijos porque hay que trabajar, llegan a casa cansados y no tienen tiempo de educarlos en lo más elemental dentro de la familia como es el respeto, el amor al trabajo, la convivencia, el afán de superarse y la ambición de ser algo.
La culpa es de todos y de la forma de vida actual, de la sociedad de consumo en que estamos, que obliga a los padres y a las madres a trabajar para poder subsistir, dejando enteramente la educación de los hijos en mano de los educadores.
Me quiero referir simplemente al tema de los uniformes en los colegios. Hay quien dice que los uniformes van contra la identidad de los niños al ponerlos todos iguales. Tonterías. Los uniformes les dan a los niños el orgullo de ser de su colegio, que es distinto a los otros, y a la vez resuelven el problema de ¿qué me pongo hoy?. Pero para eso hay que empezar desde el principio. Cuando a un niño de cinco años se le dice que hay que ir a la escuela uniformado, el niño lo acepta como cosa natural. Cuando empezamos a vestirlos con ropas de marca, no quiero mencionar ninguna, es cuando se acostumbran a querer llevarla de mejor marca que el compañero Y eso puede costar una pasta, que no todas las familias pueden costear. Sin embargo con los uniformes, ya pueden ser con chaqueta, chalecos o incluso chandals, tiene que resultar más económico, pues se puede resolver la papeleta con dos juegos, como dice mi mujer, una para llevar y otro para lavar.
En las fotos pueden ver a mis hijos y a los dos nietos mayores. Mi hijo todavía tiene guardadas como recuerdo las dos corbatas con las que aparece en las fotos. La chaquetas, los pantalones, los chalecos en incluso los zapatos, que se quedaban pequeños, pero en buenas condiciones, se solían donar a la Parents and Teachers Association para que anualmente se vendieran a aquellas familias con menos poder adquisitivo, cuando no pasaban de hermano a hermano. El producto de la venta iba a la Asociación para añadir al resto de actividades que esta hacía para recaudar dinero. ¿Pueden creer que en el colegio de primaria de mis hijos, en cuatro años, se recaudó lo suficiente para construir una piscina y comprar un ninibus para llevar a los niños más lejanos al colegio, que conducían las madres de la Asociación por turno?. Pues así fue. ¿No podría hacerse aquí también?.
Hay otra diferencia que considero esencial. Aquí en España esas asociaciones se llaman AMPA o sea, Asociación de Madres y Padres de Alumnos. En el Reino Unido se llaman PTA, Parents and Teachers Association. Lo que quiere decir que los padres y los maestros trabajan juntos. Aquí las madres y los padres trabajan solos y en algunos casos, en contra de los maestros. Spain is different.
¿No estaría bonito en Higuera todos los niños con un chandal, un color para niñas y otro para niños, o incluso del mismo color? Podrían llevar el escudo de Higuera en la parte delantera y el nombre del colegio a la espalda. Seguro que las madres se ahorrarían algún dinero y sobre todo la pregunta de: ¿Qué me pongo?.
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