La tercera de ABC de ayer lunes, firmada por el Abad del Monasterio del Valle de los Caídos y las páginas dedicadas a la noticia de la primera página de que no habrá más funerales por Franco y José Antonio ningún 20 de Noviembre, me ha traído a la memoria una anécdota de mis tiempos en Londres.
Estábamos una tarde reunidos en la Consejería de Educación de la Embajada de España, con la Consejera y el Cónsul General, unos cuantos presidentes de asociaciones de las escuelas complementarias de lengua y cultura española, para estudiar los problemas educativos de los hijos de emigrantes y residentes españoles en el Reino Unido. Entre los presidentes de asociaciones estaba Antonio (no hace falta dar el apellido), que era el representante también del partido comunista de las tierras de España. Mientras esperábamos a algún retrasado (el tráfico en Londres tiene sus problemas) surgió, no se como, una conversación sobre la tumba de Karl Marx en el cementerio londinese de Highgate y de como se había convertido en lugar de obligada visita para todos los comunistas que visitaban Londres.
Antonio reconoció que siendo él comunista, nunca había estado allí."Pero Antonio, le dije, si ese cementerio está tan cerca de tu casa, que como te mueras, seguro que te entierran en él."
Entonces me preguntó si yo, que conocía el cementerio, había estado en él. La respuesta se me vino rápida y contesté: "No, pero he estado dos veces en el Valle de los Caídos. Primero a visitar la tumba de José Antonio y años más tarde la de Franco."
Las risa fue general. Hasta la Consejera, que era del partido socialista. En ese momento llegó el que faltaba y empezamos la reunión en buena armonía y buen talante.
Algún tiempo más tarde se celebraron unas Jornadas sobre Educación de los Emigrantes en Europa, a la que tuve la ocasión de asistir. Se celebraron en el Monasterio de Cuelgamuros y los que veníamos desde Londres llegamos ya de noche. A mi no me gusta dormir con las ventanas cerradas, necesito algo de aire y luz. Cuando abrí la ventana me encontré de frente con una luna llena y la magnifica e impresionante Cruz que corona la cima en cuyo interior está la Basílica.
Si no hubiera dejado de fumar varios años antes, hubiera terminado un paquete antes de acostarme sentado a la ventana en aquel ambiente de soledad, silencio y paz, contemplando el maravilloso espectáculo de aquella Cruz sobre un cielo iluminado por la luna. Una vista que conservo en mi memoria como una foto grabada permanentemente.
¿Y Zapatero quiere quitar las cruces como si fueran un símbolo del franquismo? La culpa será nuestra si se lo permitimos.
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